La economía española podría aumentar en más de tres puntos porcentuales la tasa de crecimiento del 2,7% esperada para este año, hasta el 5%, si las empresas consiguiesen adaptarse a la transformación digital, al mismo tiempo que la creación de empleo pasaría de las 500.000 personas que ahora se incorporaran al trabajo anualmente al millón de nuevos puestos de trabajo cada año.
Según el último estudio de la consultora Advice Strategic Consultants, a raíz de una encuesta realizada a 2.400 pymes y autónomos, 400 grandes empresas y 400 organismos públicos bajo criterios del INE y aplicando los modelos de crecimiento económico de varios premios Nobel, la educación y la formación de los trabajadores se alzan como los dos factores «esenciales» para hacer patente la Cuarta Revolución Industrial en el país.
En concreto, la formación y la educación tienen que conseguir que la digitalización no genere un vacío de puestos de trabajo que provoque un aumento del desempleo ni un crecimiento de la desigualdad social entre el 1% mejor formado, el 19% de puestos intermedios con cierta formación en digitalización y el restante 80% de la fuerza laboral que no está digitalizado.
Esta desigualdad también se refleja en el tejido empresarial. Mientras que el 48% de las grandes empresas en España, que solo suponen el 0,12% del total, ya se encuentra digitalizada gracias a una inversión anual media de entre 200.000 euros y dos millones de euros, tan solo un 14% de las pymes, microempresas y autónomos, que concentran el 99,88% del tejido empresarial, afirma tener la intención de digitalizarse.
Estas pequeñas empresas sostienen el 66% del empleo total, por lo que su escasa digitalización tiene un impacto directo en el potencial crecimiento de la economía, del empleo y de la productividad española. Además, del 14% que tiene intención de digitalizarse, tan solo la mitad de ellas afirma haber asignado un presupuesto para ello, un importe que solo asciende a 3.000 euros de media anual.
PARALELISMO CON LA TERCERA REVOLUCIÓN
El estudio apunta que al igual que ahora España tiene que hacer frente a la Cuarta Revolución Industrial y acometer una profunda digitalización de todos los sectores económicos, el país ya vivió la Tercera Revolución Industrial, la de la computación, entre 1995 y 2014.
Durante esta etapa, la productividad media avanzó un 4,5%, la más alta en más de un siglo, y el incremento medio del PIB se anotó un 4% anual, una expansión que se frenó con el estallido de la crisis, aunque la productividad de las empresas que adoptaron nuevas herramientas digitales siguió aumentando a un ritmo del 3,5% y el 4% anual.
Esta vez, para que España consiga su máximo crecimiento potencial, el sector tecnológico y digital debería de pasar del actual peso del 8,4% que tiene en el PIB al 10,4%; aumentar el peso de la industria hasta el 20% como mínimo; mantener las exportaciones en el 32% del PIB; y que el comercio electrónico concentre el 30% del total de ventar de empresas y particulares.
El estudio también incluye un ranking de las empresas que mejor se han adaptado al mundo digital. Desde el punto de vista de la demanda, destacan Caixabank, Telefónica, El Corte Inglés, Inditex o Naturgy, mientras que en la oferta lideran la tabla Salesforce, Telefónica, HP, Samsung y Apple.