«Apasionada de las motos desde su infancia, Noelia Esteban acaba de ser destinada a la Escuela de Tráfico de Mérida«, así lo publica el periódico La Razón y lo reproducimos a continuación.
Desde que un real decreto de 1988 abriera a las mujeres las puertas de la Guardia Civil, las féminas se han ido incorporando progresivamente hasta las más de 6.000 que hoy forman parte de la Benemérita. Pero cumpliendo otro hito, una de ellas acaba de convertirse en la primera en ocupar el puesto de instructor-monitor de conducción de motocicletas de la Escuela de Tráfico, con sede en Mérida. Se trata de Noelia Esteban Muela, nacida en Torrelavega (Cantabria), atraída muy pronto por el Instituto Armado y destinada hasta ahora en Paracuellos del Jarama (Madrid).
Sus propios compañeros han podido conocerla mejor gracias al Círculo Ahumada-Amigos de la Guardia Civil, cuyo vocal de Relaciones Institucionales y Sociales, José Miguel Fernández Navas, facilita a LA RAZÓN el contacto con la protagonista de una trayectoria que ha culminado con su incorporación a la Escuela de Tráfico este mes de septiembre. Como apunta la propia Noelia, «para colaborar en la formación de futuros motoristas, transmitiendo experiencias en carretera tanto positivas como negativas». Ello, según sus palabras, «unido a una formación en técnicas y habilidades para adquirir una conducción segura, ya que van a ser los que auxiliarán y protegerán a los usuarios que circulan por las carreteras españolas, así como la prevención en seguridad vial, aún más importante si cabe».
La vocación de la reciente instructora va ligada a una pasión por las motos desde muy temprana edad y hacia la figura del agente de la Guardia Civil en su ruta constante y omnipresente. Lo explica ella misma: «En mi familia se ha vivido muy cercano el mundo del motor, ya desde pequeña tuve mucho interés por las motos; me gustaban muchísimo». Su debut fue «a los 6 años, en una moto de enduro», lo que «potenció» y avivó su «interés» por las monturas de dos ruedas. Recuerda cómo «a los 11 años ya íbamos a los circuitos de enduro y motocross, la mayoría en desuso, con todo tipo de modelos de la época de poca cilindrada, con lo que la moto era un juego de niñez». A «los 15 años, junto con mi hermano», rememora, «el disfrutar de la moto se iba a ir “profesionalizando”», e iban juntos a los circuitos «ya con motos de enduro de mayor cilindrada», mientras aumentaba «el uso de ciclomotores para el uso diario en toda mi adolescencia».
A partir de que cumpliera la mayoría de edad, relata la precoz motera, «ya no había limitación para poder conducir motocicletas de enduro en las vías públicas abiertas al tráfico», apunta, «y Cantabria [su tierra] es un paraíso para poder disfrutar de esta disciplina».
¿Y cómo llega a elegir la Guardia Civil para ganarse la vida? «Siempre me llamó mucho la atención la figura del motorista de Tráfico», aunque «es algo que no me había planteado», señala. Pero fue «a los 20 años», al terminar sus estudios de Técnico Forestal y Medio Natural, cuando surgió en sus planes «la opción de prepararme para acceder a la Guardia Civil, por la especialidad del Seprona».
«Todo cambió» cuando en 2008 ingresó en un Cuerpo que «desconocía por completo», ya que la Guardia Civil ofrece un amplio abanico de especialidades y promoción para sus integrantes, que pueden descubrir, como en el caso de Noelia Esteban, que se puede combinar una pasión con la tarea a desempeñar. Pero el camino hasta las motos pasó primero por un destino durante 10 años en la Comunidad Valenciana, «aprendiendo muchísimo y disfrutando de mi trabajo», y en 2017 pudo realizar el curso en la modalidad de motoristas para acceder finalmente a la Agrupación de Tráfico.
Durante toda su trayectoria, asegura Noelia haber estado «rodeada de grandes profesionales», una convivencia que se ha «avivado por un compañerismo excepcional en cada una de las unidades en las que he estado destinada. Obviamente, así es mucho más fácil aprender, superarse y plantearse nuevos objetivos».
Mientras «el uso de la motocicleta y la Guardia Civil» se convertían en «una forma de vida» al «disfrutar de ella en el trabajo diario» como «algo extraordinario», el curso de Tráfico, «una etapa de formación con una ilusión constante», le sirvió para adquirir «una gran motivación». Y así ha llegado a «esta nueva etapa» en la que, afirma, «será muy satisfactorio poder transmitir a los alumnos esa misma ilusión y motivación, como hicieron conmigo los instructores cuando realicé el curso». «A nivel personal y profesional es muy satisfactorio», insiste.
Con semejante carta de presentación, y pese a que «a diario» cumple «ocho horas en labores de seguridad vial», la joven confirma que en su «vida personal el uso de la motocicleta está muy arraigado», hasta el punto de «disfrutar el tiempo libre y vacaciones para realizar viajes en moto» con su marido, «que es compañero de profesión». Juntos han visitado «25 países entre Europa y el norte de África», en los que han tenido oportunidad de conocer «sus gentes, costumbres y cultura en general», así como poder adentrarse en «zonas más rurales, ya que la moto te permite acceder a muchos lugares intransitables que con otro tipo de vehículos sería imposible».
En definitiva, la agente pionera en instrucción de futuros motoristas ha logrado su meta. «Disfruto mucho de esta forma de vida, con compañeros y amigos, ya que estamos unidos por una misma pasión: la moto», concluye.
Fuente: https://www.larazon.es/espana/20221011/liojbmfmqvcdbjn54mh766hbay.html