Siete presos de la cárcel de El Dueso, en Santoña, en tercer grado se encuentran en la actualidad en situación de cumplimiento externo de condena, con control telemático, debido a la pandemia del coronavirus y como medida para evitar posibles contagios.
A ellos se suman 116 internos más del Centro de Inserción Social (CIS) de Santander, que cumplen igualmente sus penas fuera de esta instalación, pero también con seguimiento ‘online’, según fuentes de Instituciones Penitenciarias.
En la prisión de Santoña hay diez plazas para internos en tercer grado (régimen abierto o de semilibertad en el que los reos pueden salir de prisión con unas medidas de control), que ostentan nueve hombres y una mujer.
Siete de ellos (es decir, el 70%) se encuentran en situación de cumplimiento externo con control telemático. Antes del estado de alarma en El Dueso había siete reclusos así y ninguno estaba bajo este tipo de control.
Por su parte, en el CIS de Santander, cuenta con 127 personas (105 hombres y 22 mujeres) de los cuales 116 están en situación de cumplimiento externo con aplicación de una medida de control telemático, lo que supone el 91,3% el total.
Antes de la declaración del estado de alarma había 132 internos, de los que 46 (el 34,8%) estaban en esa situación.
Así las cosas, si se tienen en cuenta los condenados de Santoña y Santander, el número de internos que cumplen condena ‘telemática’ se ha multiplicado por tres con motivo del Covid-19 y las restricciones del estado de alarma.
España se sitúa entre los países comunitarios que, en previsión del contagio de coronavirus, más facilidades ha puesto para permitir que los presos pudieran seguir sus condenas sin volver a los centros penitenciarios, gracias a medidas como la implantación del control telemático para internos en tercer grado.
Según datos de un informe del Consejo de Europa, un total de 4.356 presos han podido beneficiarse del control telemático, lo que equivale a un 7,4% de la población penitenciaria española.
La cifra es comparativamente mayor en el caso de Cataluña, la única región con competencias transferidas, donde fueron 1.425 (el 17%) los presos que no volvieron a los centros, frente a los 2.931 (el 5,8%) del resto adscritos a la Administración General del Estado.
En números absolutos, España es el tercer país que más ha facilitado las salidas de los centros tras Turquía e Italia. En la comparativa del Consejo de Europa cae al octavo puesto en números relativos, por detrás de Turquía, Chipre, Eslovenia, Portugal, Noruega, Irlanda e Italia.
Pero estos datos se han visto incrementados tras la elaboración del documento, según Instituciones Penitenciarias, que en la fase de la desescalada hacia la nueva normalidad informó que se iba a estudiar caso por caso la situación de los presos clasificados en tercer grado o con el régimen de flexibilidad del artículo 100.2 para mantenerles esta medida.
De esta forma, las juntas de tratamiento de los centros fueron autorizadas para evaluar cada caso de manera individualizada y para que, con carácter general, favorecer que aquellos internos que hayan permanecido durante la pandemia en su casa con un control telemático (según el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario) continúen en esa situación, salvo que tengan que seguir un programa de intervención en el Centro de Inserción Social (CIS) o se haya apreciado una involución tratamental del afectado.