En 2020, el pantalón vaquero pitillo abdicará en favor del modelo campana y se verá en la obligación de convivir con vestidos burgueses, blusas románticas y prendas minimalistas en clave masculina, todas estas prendas con una ética más sostenible.
Las pasarelas, las grandes firmas y los diseñadores han coincidido en olvidarse del pantalón vaquero pitillo y apostar por una moda tradicionalmente femenina en la que priman las faldas midi, las camisas con lazadas y los volúmenes románticos.
«La estética setentera es muy potente», ha explicado el diseñador Jorge Vázquez, quien considera que los patrones de esa época son «favorecedores y elegantes».
La silueta ceñida en vaqueros que abanderó Kate Moss ha tocado fondo y llega una versión más holgada, como la que proponen los diseñadores Marc Jacobs, Hedi Slimane o Stella McCartney.
El pantalón vaquero de campana y tiro alto que se ciñe sutilmente a la pierna, promete arrasar los próximos 365 días, un modelo que alarga ópticamente la pierna y que recupera el espíritu de los 70, estética que también se verá en vestidos en el nuevo año.
El 2020 será el momento glorioso del vaquero recto, de tiro alto y del mismo tono, a imagen y semejanza, del que lució Brooke Shields para Calvin Klein o Jennifer Anniston en la piel de Rachel Green, en la serie Friends.
La versión slouchy —patrón desgarbado, de efecto bombacho en las caderas y ajustado en los tobillos— se hace un hueco junto al patrón oversize —modelo ancho— con múltiples bolsillos y efecto desgastado, una prenda con carácter grunge, otra de las tendencias que se posicionan en la meta de salida para triunfar en el nuevo año.
El grunge, que nació como contracultura en los 90, regresa en 2020 con su versión más romántica en la que las botas militares se mezclan con vestidos lenceros y las camisas de cuadros, al más puro estilo Kurt Cobain, con ‘chupas’ de cuero escondidas en el armario, porque también es el momento del reciclaje y la sostenibilidad.
A lo largo de 2020 se verá una moda femenina en clave minimalista con apuntes masculinos, toda ella muy sexy, una mezcla con la que ya jugaron Carolyn Bessette y Laurent Hutton y con las que consiguieron nuevas fórmulas estéticas que casi treinta años después aún sirven de inspiración.
Se verá el vaquero recto combinado con todo tipo de blazer de escotes profundos que dejan entrever la lencería y también traje de chaqueta con pantalón corto, una nueva sastrería tremendamente sexi que adquiere nuevos matices feministas en el siglo XXI con los acordes de Anthony Vacarrello para Saint Laurent o J. W. Anderson para Loewe, quien también apuesta por bellísimas gabardinas.
Serán un éxito las prendas de los años 70 arropadas con un extraordinario halo burgués en el que participan los vestidos plisados con lazada, los cuellos altos, las rebecas con botones joyas, las faldas midi, los jerséis de cuello alto y los chalecos sastre.
Una serie de prendas que aterrizan de la mano de diseñadores como Teresa Helbig,Victoria Beckham o Carolina Herrera con un aspecto refinado, jovial y fresco. «Prendas de gusto retro que de repente se mezclan con deliciosos volantes», matiza Jorge Vázquez, que también se suma a esta tendencia bautizada como neoburguesía.