El escritor Fernando Savater ha lamentado que la educación actual esté orientada a una formación laboral y que se eduque para «crear empleados» que «no den problemas», que «obedezcan y que sepan «qué botón hay que tocar».
«Antes la educación era la formación de seres humanos libres, irrepetibles e inconfundibles con otros», ha asegurado Savater en el ciclo ‘Martes literarios’ de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). A su juicio, la tendencia actual trata de «repetir» lo que «está más de moda» y que «es más rentable».
No obstante, Savater ha matizado que esto «no es sólo culpa de los planes de estudios«, sino también de actores como los padres que valoran únicamente «lo que se pregunta en Selectividad». «Las preguntas más grandes de la vida no son las preguntas de Selectividad», ha aseverado.
En esta línea, ha defendido también que el educador debe abordar su tarea desde el «optimismo». «Uno puede ser pesimista pero cuando entras en una clase tienes la obligación de ser optimista», ha asegurado.
Para él, los profesores deben confiar en que los seres humanos pueden «mejorar», «aprender» y «romper la fatalidad que les condena» para lo cual la educación representa «la lucha contra la fatalidad».
Por otro lado, Savater ha considerado los libros como la «base de la libertad» si bien en la actualidad «hay más alternativas» al entretenimiento, como la televisión o los videojuegos que suponen «mucha más competencia a los libros». «Muchos hemos sido lectores porque no había tantas alternativas. No sé si hubiera leído tanto si los videojuegos se hubieran inventado cuando era niño», ha añadido.
«LOS LIBROS VAN A CONTINUAR»
No obstante, el escritor ha asegurado que los libros «son algo que va a seguir» frente a otras disciplinas condenadas, como «los periódicos en papel» que, a su juicio, «no tienen un futuro a largo plazo». De cualquier modo, ha resaltado la importancia de «salvar el periodismo como ética y estética de la noticia», «sea cual sea el soporte».
Para Savater «el libro va a continuar» y ha apuntado al ejemplo del filósofo Aristóteles que «no tuvo un libro» y «no por falta de interés». «Lo que hoy llamamos libro está históricamente determinado. Lo importante es que el afán de lectura continúe», ha apostillado.
A este respecto, ha reconocido que cuando más «realizado» se siente es cuando una persona lee alguna de sus obras y «descubre» otros autores que «son más dignos de ser leídos». «Quiero que mis libros sean puertas para abrir un camino. Son escalones para cosas que están ahí y que yo he tenido cierto ojo para descubrir», ha agregado.
Del mismo modo, Savater ha asegurado que no le importa que sus libros «se olviden» sino que considera más relevante saber que gracias a él, otra persona ha descubierto a otro «gran autor». «Me enorgullezco mucho más de lo que he leído que de lo que he escrito», ha apostillado.
Asimismo, ha asegurado no ser «celoso» de aquellos que escribían mejor que él y que, de hecho, lo «agradece», porque es lo que le «hace disfrutar». «Él único momento en el que hubiera querido ser un gran escritor es con el libro que he dedicado a mi mujer», ha aseverado.
SEDUCIR PARA LA LITERATURA
En cuanto a sus preferencias como lector, Savater ha señalado que siempre ha sido un «lector adolescente». «Los libros que me gustaron a los 14 años me han gustado siempre», ha reconocido.
En este sentido, ha destacado obras como ‘Moby Dick’ que asegura, sigue leyendo porque «descubre cosas nuevas» como, por ejemplo, «toda la textura ideológica y teológica» que trasciende la novela.
A su juicio, aquellos autores que «hechizan» a los jóvenes escribiendo son aquellos que merecen ser destacados porque, tal y como ha valorado, «si alguien no ama la lectura a partir de la juventud no la amará nunca». Para ello, ha llamado ha «seducir para la literatura» y no a «decir a los niños que apaguen la televisión».
Por último, ha valorado que los «principales héroes» de la actualidad no son los escritores sino aquellos niños que viven en países donde son «abandonados», convertidos en «mini soldados» u objeto de explotación sexual. «Esos niños que crecen con coraje y sin resentimiento pese al ambiente son los verdaderos héroes», ha concluido.