La salud mental y el riesgo de mortalidad están fuertemente influenciados por la autonomía, el estrés en el trabajo y la capacidad cognitiva para desarrollarlo, según han puesto de manifiesto un equipo de investigadores de la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), en un estudio publicado en el ‘Journal of Applied Psychology’.
«Cuando las demandas laborales son mayores que la capacidad de una persona para hacer frente a ellas, se produce un deterioro de su salud mental y, por consiguiente, una mayor probabilidad de muerte», según han avisado los expertos.
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores analizaron la autonomía que tenían los empleados, su capacidad cognitiva y la carga de trabajo, entre otros parámetros, comprobando que aquellos factores que provocaban un mayor estrés aumentaban el riesgo de depresión y muerte, puesto que los trabajadores tenían más problemas a la hora de desarrollar sus funciones.
Asimismo, los investigadores observaron que estos riesgos disminuían cuando se les daba más responsabilidad a los trabajadores. Un hecho que, a su juicio, se explica porque el control del trabajo y la capacidad cognitiva ayudan a las personas a afrontar situaciones laborales estresantes.
«El control del trabajo permite a las personas establecer sus propios horarios y priorizar el trabajo de una manera que les ayude a alcanzar sus objetivos laborales, mientras que las personas más inteligentes están en mejores condiciones de adaptarse a las demandas de un trabajo estresante y encontrar formas de lidiar con el estrés», han comentado los investigadores.