La vicepresidenta del Gobierno de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, abogó por «romper el silencio cómplice del entorno de las víctimas de violencia de género», y por otro lado, que éstas «se sientan creídas, confíen y sientan que las instituciones están a su lado», ya que sólo de este modo, a través de la empatía y generando confianza, se pueden abordar estas situaciones.
También apeló y realizó un llamamiento para que todos los actores que intervienen en los procesos de violencia de género tengan siempre presente que los niños y las niñas son víctimas y que siempre debe prevalecer el interés superior del menor.
Díaz Tezanos clausuró éI Congreso de Violencia hacia las Mujeres en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santander y reunió a más de 300 asistentes, sobre todo profesionales que trabajan en contacto directo con las víctimas.
Ágradeció el trabajo diario de los profesionales del ámbito judicial, policial, sanitario, educativo, así como el trabajo realizado desde los centros de atención a las mujeres, los servicios sociales de los Ayuntamientos y la labor acometida desde las asociaciones de mujeres porque son «básicos en la lucha contra el terrorismo machista». En este sentido, subrayó que es fundamental «debatir y analizar todos los aspectos para erradicar la violencia de género, y nada mejor que conocer para intervenir, y confluir para actuar».
Según aseguró nuestro país es «referencia» en materia de lucha contra la violencia machista, pero aún queda camino por recorrer, y entre los avances conseguidos ha destacado las reformas legislativas y las medidas adoptadas, fruto del Pacto de Estado contra la Violencia Machista. Medidas dotadas económicamente, que deben de ir evaluándose para ver el impacto que tienen en el objetivo de erradicar la violencia de género en nuestro país.
«Queda mucho por hacer para educar en igualdad, en respeto, conseguir que las mujeres jóvenes aprendan a identificar la violencia, y que chicos y chicas consideren rechazable cualquier tipo de comportamiento de control, así como acabar con esa justificación permanente de conductas sexistas y violentas y prestar atención a esas otras formas de violencia que llegan a través de las nuevas tecnologías», añadíó.
Alertó sobre la necesidad de avanzar en la identificación y acceso a las mujeres y niñas víctimas de explotación sexual para poder prestarlas el apoyo necesario «porque España no puede seguir siendo el tercer país en consumo de prostitución», apuntó.
La vicepresidenta terminó su intervención reafirmando el «compromiso firme» del Gobierno de Cantabria en la lucha contra esta lacra y apelaó a la implicación de la sociedad civil como el «mejor antídoto para luchar contra todo tipo de violencia machista», con el objetivo de conseguir una «sociedad libre de violencia, más tolerante, igualitaria y respetuosa con todos y todas».
En la clausura se abordó la atención a los menores como víctimas directas de la violencia de género con la participación de Beatriz Atenciano, del centro de atención psicosocial para mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas de Madrid, y de Gracia Rodríguez fiscal de la sección contra la violencia sobre la mujer de la Audiencia provincial de Jaén. Además, se analizó la atención específica a víctimas con discapacidad y personas mayores poniendo el acento en el abordaje psicológico.
Se cerró así un encuentro que éĺ último contó con la presencia, entre otras personas, de Pilar Martín Nájera, fiscal de sala delegada contra la violencia sobre la mujer de la Fiscalía General del Estado que, junto al juez del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº1 de Santander, Javier Amores, analizó las reformas legislativas y cambios sociopolíticos en materia de protección a las víctimas y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Además, se abordaron los mitos, estereotipos y prejuicios en torno a la violencia de género, y otras formas de violencia como la violencia de control, la trata con fines de explotación sexual y las violencias sexuales.
Se trata del primer congreso de estas características que organiza el Gobierno de Cantabria con el objetivo de intercambiar experiencias y como foro de trabajo para avanzar en la erradicación de la violencia machista.