La Plataforma Salvar La Magdalena ha instado al Gobierno de Cantabria, Ayuntamiento de Santander y Ministerio de Transición Ecológica a que acuerden desmantelar el espigón construido y retomar las actuaciones de redistribución de arena que se venían realizando para recuperar así los «excepcionales» valores de este lugar.
La plataforma ha aclarado que esta opción es una de las planteadas en el informe del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), presentado la semana pasada, y del que también ha destacado la conclusión de que una actuación «tan impactante y fuera de lugar» como es el espigón ya construido, no sólo no está teniendo un «efecto positivo», sino que incluso en algunos casos está provocando «efectos más nocivos» de cara a evitar la erosión en las playas de La Magdalena, función para la que estaba concebido.
Así lo ha señalado el portavoz de la plataforma, el arquitecto Domingo Lastra, que ha comparecido junto al también arquitecto Eduardo Manzanares, para valorar y «aclarar» el contenido del citado informe, dado a conocer el pasado 7 de febrero en Santander por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.
Lastra ha recordado que a este primer espigón se le confiaba la contención de los procesos de erosión y al segundo, el aún no construido, el que las arenas «no desbordasen» más allá de la playa de Los Peligros, y, por tanto, «no va hacer» que los procesos de erosión «se vayan a contener en absoluto».
En este sentido, ha señalado que, según el informe, este espigón es un elemento que tiende a provocar «mayores riesgos de erosión» en el sector Magdalena-Bikini, pues al estar acumulando gran cantidad de arena en su lado este, lo podría restar de la zona del Campo de Polo, con «el consiguiente riesgo de erosión y descalce del muro».
Añade que la difracción de oleaje en el espigón provocará una «erosión significativa» en el entorno del balneario, pudiendo provocar «grandes daños» en muros y cimientos de las edificaciones en la zona, lo que se evitaría realizando «aportes externos de arena».
Según la plataforma, construir el segundo espigón previsto en Los Peligros «en nada cambiará» el comportamiento y los efectos provocados por el primero, y tampoco supondría cambio alguno en la zona Magdalena-Peligros, por cuanto las dinámicas predominantes de los temporales van del mar al fondo de la bahía, es decir, de Bikini a Peligros, por lo que «también se mostraría irrelevante».
Además, de construirse, y para mantener las playas con los mismos anchos que en los últimos años, se deberá seguir aportando arenas como hasta ahora, ya que no se logra evitar la erosión, por lo que para la plataforma «no parece razonable, que al final se sufran el impacto paisajístico y los efectos negativos que causan los dos espigones, y además, tener que continuar con las reposiciones periódicas de arenas».
Al respecto, Lastra ha señalado que las arenas erosionadas están en torno a 20.000 metros cúbicos y el coste de reposición medio es de unos 40.000 euros, gasto que abona la Demarcación de Costas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y que la plataforma considera «una cifra contenida y asumible».
De ahí, según ha recalcado, que el informe del CEDEX considere que hay que volver a la reposición de las arenas «se construya o no» el segundo dique. Además, apunta que, de no realizarse la obra, sería necesario retirar el espigón ya construido, «hasta tal punto ha resultado ineficaz», ha reiterado, y «se descarta» la opción de que el mismo se mantenga si se para la obra.
Para la plataforma, la opción de demoler el espigón construido y mantener la redistribución periódica de arena, es la «más racional, económica y sensata» y se debería tomar mientras se estudian otras «menos agresivas, más ecológicas y acordes» con los valores del paisaje que forma el entorno de la ensenada de la Magdalena, y para el que el colectivo pide una figura de protección como ‘paisaje cultural’.
DRAGADO DE LA ZONA DEL MAREÓGRAFO
En este sentido, ha recordado que la plataforma viene proponiendo, como primera medida, el dragado de la zona del mareógrafo, en cuyos fondos se «han ido incrementando» las arenas en los últimos años y que, según el Instituto de Hidráulica, es causa de la «mayor erosión» que se produce en la ensenada por aumento de velocidad de la corriente incidente y de altura de ola.
Esta medida, sostiene, «no implica afección al entorno ni grandes desembolsos», y así se intentaría resolver la cuestión «en su origen, minimizando las causas que lo acrecientan y se habría de dar tiempo para comprobar la eficacia de estas medidas, y corroborar que disminuye apreciablemente la erosión, y con ello los costes de mantenimiento».
Junto a ello, defiende «estudiar el perfil de playa que permita el menor esfuerzo de mantenimiento posible, en coexistencia con el movimiento natural de las arenas». En este sentido, según dice, cabría disminuir la «excesiva anchura» de la playa de Los Peligros, de manera que el llamado ‘muelle del fenómeno‘ «vuelva a ser suficiente» para contener la playa sin que se desborden las arenas como sucede ahora».
De no ser «totalmente suficientes» estas medidas, la plataforma cree que se podrían implementar «poco a poco» otras adicionales «de menor impacto», como pequeños arrecifes artificiales sumergidos, arenas confinadas en geotextiles y otras similares; alternativas que «eviten los graves impactos paisajísticos» que generan los actuales espigones.
ARRECIFES DEL PSOE
Al respecto, y preguntado por la propuesta del PSOE de instalar unos arrecifes de arena naturales como alternativa a los diques, Lastra ha señalado que, junto a la retirada del actual espigón y la reposición de la arena, se deben de ir tomando medidas de «manera progresiva» y estudiando causas y posibles soluciones al problema.
En este sentido, ha considerado que la propuesta del PSOE le «parece bien como tal», en cuanto que «rompe la idea de que no hay alternativas», frente a la postura de «inflexibilidad» que mantiene el Ayuntamiento de Santander, y, por tanto, es una opción «a estudiar» que «cumple» el cometido de poner de relieve que hay otras «mucho menos impactantes e invisibles».
En cualquier caso, según Lastra, la «lección» que debe sacarse de este debate es la necesidad de crear una Mesa de Gestión Integral de la Bahía que aborde la situación en su conjunto y a largo plazo.