El turismo de Cantabria, que hasta decretarse el estado de alarma por el coronavirus «iba como un tiro«, trabaja ahora en reorientar sus planes de marketing y campañas de publicidad para tratar de «conquistar» el mercado nacional después de tener que «frenar en seco» por la pandemia.
Así, el objetivo es captar en una «primera fase» a viajeros nacionales, al ser el segmento inicial que se prevé recuperar, para centrarse después, ya en el último trimestre del año, en el internacional, que «tardará más» debido a la propagación del Covid-19. Y es que todos los países europeos salvo Italia van «por detrás» de España en lo que la incidencia de contagios se refiere.
Lo explica, en una entrevista a Europa Press, la directora general de Turismo, Eva Bartolomé, que cree que hasta el próximo mes de junio no podrá empezar «con normalidad» esa primera fase de recuperación del sector, que a su juicio arrancará con la apertura de hoteles y alojamientos.
En esa etapa inicial, y una vez perdida la campaña de Semana Santa y la de primavera, Cantabria se centrará en el mercado nacional, tarea en la que tendrá que competir con el resto de comunidades, pues «todas» van a pelear por el mismo nicho: el turismo doméstico, avisa la responsable autonómica del área.
Ante esto, la región se va a orientar a sus potenciales visitantes: personas con poder adquisitivo, como funcionarios o pensionistas, de España y entornos próximos –Norte de Portugal o Sur de Francia, ante la posibilidad de desplazarse en coche hasta Cantabria- para amoldarse y adaptarse a ese mercado y «centrar todos los tiros en él».
En este sentido, Bartolomé destaca la importancia de ser «ágiles» y tener «gran capacidad de adaptación», más en un contexto cambiante como el actual, en el que las situación puede ser diferente «de un día para otro» y teniendo en cuenta que todas las regiones compiten por el mismo nicho de mercado. «Se llevará el gato al agua el que dé en la clave», advierte.
VUELTA ESCALONADA Y AL REVÉS DE CÓMO FUE LA PARALIZACIÓN
Consciente de que la recuperación del turismo será «más lenta» que la del resto de sectores económicos -«estamos al final de la cadena»– Bartolomé cree que la vuelta a la actividad será escalonada y empezará con los hoteles y resto de alojamientos, para seguir después con restaurantes, cafeterías y bares, una vez haya pasado el riesgo de rebrote.
Es decir, «al revés» de cómo se llevó a cabo la paralización, que acabó por estos últimos establecimientos, algunos de ellos habilitados para poder albergar pacientes si fuera necesario y descongesionar así los centros sanitarios y hospitalarios.
Además, todos ellos deberán incorporar a sus habituales servicios las garantías de que se prestan con todas las precauciones y medidas necesarias para asegurar la seguridad y la salud de empleados y clientes, ha apuntado Bartolomé. De hecho, este factor será «importante» en las campañas que a partir de ahora se realicen para transmitir los atractivos de Cantabria y recibir visitantes.
Y lo mismo sucederá en el aeropuerto Seve Ballesteros, donde se priorizará la recuperación de los vuelos domésticos, para centrarse después en las rutas internacionales a diferentes destinos europeos. Entre tanto, desde la Consejería de Turismo -que dirige Marina Lombó y que cuenta desde hace semanas con un protocolo de actuación que se viene revisando- están en «constante» contacto con las compañías que operan en el aeródromo.
Las acciones de marketing mantienen ahora un perfil bajo y se centran en el mantenimiento, es decir, en acciones como recordar el destino para que potenciales futuros viajeros no se olviden de Cantabria. La idea es «dejar toda la traca», es decir, «la intensidad» de acciones para cuando la gente pueda volar. La actividad en Parayas comenzará también con las rutas domésticas, siendo Madrid la primera a recuperar.
La directora de Turismo aboga además por recibir «todas las ayudas del mundo» -europeas, nacionales y regionales, dentro de los recursos disponibles y «muy limitados» de la Comunidad- para respaldar a las empresas del sector hasta que puedan volver a facturar, pues en caso contrario se asistiría a una «hecatombe».
De todas formas, Eva Bartolomé defiende que lo primero es frenar la pandemia y acabar con los contagios de coronavirus, para trabajar después en adaptarse a la situación generada por la alarma del Covid y trata de «salvar los trastos» en la medida en que «se pueda», confiando en que la crisis sanitaria y económica «no se lleve empresas por delante».
IBA COMO UN TIRO Y HA FRENADO EN SECO
El sector, con un destacado peso en la economía regional, había visto incrementar más de un 47 % las pernoctaciones en alojamientos extrahoteleros en febrero respecto al mismo mes del año anterior, por encima del aumento del 23% anotado en enero y siete veces más que el aumento del 6,4% de la media nacional, y tenía unas perspectivas «buenísimas» si se atiende a las reservas hechas para estas semanas y meses, ahora anuladas.
Los visitantes en las instalaciones turísticas que gestiona Cantur también iban ‘in crescendo’ en comparación con 2019, que de por sí fue un «buen» ejercicio, hasta el punto de que el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, buque insignia de la empresa pública, había batido el récord de afluencia en los dos primeros meses.
«Es una pena, porque este año íbamos como un tiro«, se lamenta Bartolomé al recordar los buenos datos registrados en enero y febrero y en las aún mejores previsiones para los próximos meses, que se han visto truncadas de golpe.
Es, como resume parar finalizar, «lo bueno y lo malo» que tiene el sector, que es «muy ágil» pero también «muy vulnerable«, pues los mismo que en contextos favorables crece y genera empleo con rapidez, en situaciones adversas «cae a cero», como ha sucedido esta Semana Santa.