El Gobierno de Cantabria se ha comprometido con el sector del ocio nocturno a estudiar sus propuestas para buscar un equilibrio entre la protección de la salud pública y la salvaguarda de la actividad económica de estos establecimientos que, en virtud de la resolución publicada el pasado viernes por la Consejería de Sanidad, se ven en la obligación de cerrar a las 2:00 de la mañana como medida para evitar contagios por coronavirus, especialmente entre los jóvenes.
El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, y el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, se han reunido hoy con representantes de la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno para analizar una medida que creen que les perjudica seriamente, y escuchar sus reivindicaciones, que pasan por retrasar el horario de cierre e introducir garantías de seguridad como el registro de clientes, al margen del uso obligatorio de la mascarilla en el interior de los locales, salvo en el momento justo del consumo, y de otras medidas higiénicas.
«Hemos quedado en que lo estudiaremos y veremos a lo largo de la semana si podemos atender algunas de las reivindicaciones del sector», ha dicho Miguel Rodríguez. Entre las alternativas que podría contemplar el Ejecutivo, el consejero se ha referido a la posibilidad de retrasar la hora de cierre o, incluso, «llevarlo a la hora que cada local tenga en función de su licencia».
El titular de Sanidad ha insistido en la importancia de buscar ese equilibrio entre las medidas de tipo económico y las sanitarias, especialmente en estos momentos en los que se está produciendo un incremento en el número de contagios que sitúa a la Comunidad Autónoma en los mismos niveles que a mediados del mes de mayo, cuando seguía activo el estado de alarma y la población estaba confinada.
«Tenemos que ser muy prudentes y entre todos llevar el mensaje de que esto no es ninguna broma. Es cierto que no está teniendo repercusiones en los servicios sanitarios, porque todos los casos nuevos son con síntomas leves y, por lo tanto, lo único que lleva es a aislamiento domiciliario. Y lo que queremos es que no se extienda, que haya transmisión comunitaria y tengamos que llegar a tomar medidas mucho más duras que implicarían una parálisis total de la actividad económica», ha dicho.
Rodríguez ha añadido que la obligación de la autoridad sanitaria no es solo actuar cuando aparecen brotes, sino evitar que estos se produzcan, de ahí que el Ejecutivo cántabro decidiera la semana pasada poner en marcha 3 medidas concretas para frenar los contagios por COVID-19: adelantar el horario de cierre de los establecimientos de ocio nocturno, reducir los grupos a un máximo de 15 personas y establecer un registro de clientes en determinados establecimientos, medida esta último que entrará en vigor la próxima semana y a la que se podrían sumar negocios como pubs, discotecas o locales de hostelería.
Por su parte, el portavoz de la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno, Ángel Suárez, ha agradecido la atención del presidente y del consejero y se ha mostrado optimista con respecto a la posibilidad de llegar a un entendimiento con la Administración que permita alcanzar una solución satisfactoria para ambas partes.
«No somos parte del problema, sino de la solución, porque podemos ayudar a controlar a este segmento de población que en estas épocas del año sabemos que es difícil controlar», ha señalado en referencia a los jóvenes, que son quienes mayoritariamente hacen uso de estas instalaciones y entre quienes proliferan fundamentalmente los contagios.
Según ha explicado, para los empresarios del ocio nocturno es «inviable» cerrar a las 2:00 de la mañana, por lo que muchos empiezan a contemplar la posibilidad de llevar a cabo un «cierre masivo», «porque ahora mismo el negocio es deficitario». Suárez considera que esta decisión, adelantar el horario de cierre, puede producir un «efecto contrario» al objetivo con la que fue diseñada, porque da pie a reuniones privadas con menores garantías de seguridad o a concentraciones de personas en la vía pública que, tal y como ha recordado el consejero de Sanidad, «no están permitidas en parques y playas en horario nocturno, y mucho menos para consumir alcohol».
Por este motivo, el sector ha solicitado al Gobierno dejar sin efecto esta medida y han propuesto poner en marcha otras, en su opinión, más efectivas como el registro sanitario, que ya han comenzado a usar algunos negocios. Se trata de un sistema de control de los clientes que acceden al establecimiento que, a través de un código QR, proporciona información de contacto sobre esas personas, así como la fecha y la hora a la que han accedido al local. Una información que, para Ángel Suárez, posibilita una «trazabilidad exacta» de los clientes y «vale su peso en oro» ante posibles casos de contagio.