«Marruecos reconoció a Estados Unidos en 1777. Por tanto, lo correcto es que reconozcamos su soberanía sobre el Sáhara Occidental», ha escrito Trump en Twitter, al anunciar la firma de una orden ejecutiva que representa una victoria simbólica para Rabat en un momento especialmente delicado. Marruecos fue el primer país en reconocer la independencia de Estados Unidos, ya cuando George Washington lideraba esa nación y nadie quería acercársele, por temor al imperio británico. Una de las muchas cartas entre Estados Unidos y Marruecos fue una del primer presidente George Washington al sultán sidi Muhammed Ibn Abdullah.
Reproducimos a continución de forma íntegra un artículo publicado en julio de 2020 acerca del posicionamiento político de los Estados Unidos acerca del Sáhara.
La posición de los Estados Unidos respecto al Sáhara Occidental
En la época de la guerra fría Marruecos era unos de los gobiernos seguidores del bloque capitalista liderado por los Estados Unidos de America, Mauritania pertenecía al mismo eje. Argelia y libia, simpatizantes del Frente Polisario, eran aliados de la Unión Soviética. Los EE .UU no deseaban que el bloque socialista tuviera una salida al Océano Atlántico, no les importaba la injusticia perpetrada contra aquel pequeño pueblo, cuyo derecho a la autodeterminación demandaba la ONU en su resolución 1415 del año 1960.
Durante el mandato de Carter, EE.UU fue clave en convencer a España para que transfiriera la administración del territorio a Marruecos en noviembre de 1975 y para evitar que Naciones Unidas condenara la invasión marroquí al territorio.
En agosto de 1975, Kissinger se hallaba en Jerusalén cuando recibió la confirmación de que el proyecto estaba listo, el secretario de Estado norteamericano cerró la entrega del Sáhara Occidental a Marruecos con un telegrama remitido a Rabat desde la embajada de EE. UU en Beirut: “Laissa podrá andar perfectamente dentro de dos meses. El ayudará en todo”, decía el texto. Laissa era el nombre en clave de la Marcha Blanca, que dos meses después lanzaría Hassan II con el nombre de la Marcha Verde.
Posición de los Estados Unidos
La industria armamentística norteamericana vendió a Marruecos armas sofisticadas que asesinó a miles de civiles saharauis inocentes, además de colaborar junto a otros países en la construcción del muro defensivo rodeado por diez millones de minas y divide el territorio del Sáhara Occidental en dos partes: territorios liberados y ocupados.
Los Estados Unidos mucho antes del inicio de la guerra del Sáhara Occidental suministraban armamentos a Marruecos y habían adiestrado a un importante contingente de las Fuerzas Reales. Las entregas de armamento se iniciaron en 1960, pero no fue hasta el período 1974-1975 cuando los EE.UU. se convirtieron en uno de los principales proveedores de armas al país magrebí.
En la batalla de Gueltet Zammur, Sáhara Occidental, en la que las fuerzas marroquíes sufrieron importantes bajas, sirvió para justificar el incremento de armas americanas al régimen marroquí.
Una delegación norteamericana integrada por veintitrés personas encabezada por Francis West, secretario de Estado adjunto de Defensa, visitó los territorios saharauis ocupados por Marruecos en noviembre de 1981 y se mostró partidaria de que EE.UU adiestrara un comando móvil para ser utilizado contra el Frente Polisario. El Congreso acabó autorizando en 1981 el envío de consejeros militares a Marruecos, y oficiales marroquíes fueron instruidos en territorio norteamericano.
Posteriormente Marruecos concedió a los Estados Unidos bases militares al servicio de las Fuerzas de Despliegue Rápido (FDR).
Hace tan solo pocos días el Departamento de Estado de Estados Unidos (EE.UU-USA) recomendó al Congreso la aprobación de la venta a Marruecos de 25 cazas F- 16 Block 72 por valor de unos 3.787 millones de dólares.
En los últimos años del conflicto, EE UU se convenció que su apoyo militar, económico y político no era capaz de derrotar los invencibles guerrilleros saharauis, empezó a apoyar una solución política al conflicto. Los políticos americanos llegaron a la conclusión de que:
1) La República saharaui posee un gobierno democrático y tolerante, donde existen solidas instituciones en las cuales la mujer es ampliamente representada.
2) El Ejército saharaui garantiza la seguridad de las regiones liberadas del Sáhara Occidental.
3) El Frente Polisario no está vinculado al terrorismo, el tráfico de drogas ni el crimen organizado.
4) El Estado saharaui no posee apoyo ni asesoramiento de Irán ni Hizbulah como difunde la propaganda marroquí para manchar la imagen de la revolución saharaui.
5) los ciudadanos saharauis bajo la ocupación marroquí, a pesar de ser objeto de represión, nunca utilizan métodos violentos para protestar en demanda de sus derechos legítimos a una nación libre e independiente.
6) La República Saharaui independiente no representa amenazas a los intereses de Estados Unidos en la región y respeta la integridad territorial de los países vecinos, incluida Marruecos.
En vista a todos estos factores positivos de la nación saharaui, la Casa Blanca nunca declaró al Frente Polisario como organización terrorista como lo hizo con la OLP y ANC en un momento determinado.
EE.UU trató al Sáhara Occidental como asunto de descolonización tal y como establecen todas las resoluciones de la ONU. Para proteger los recursos naturales de los saharauis y respetar las resoluciones de la ONU, además aprobó el Tratado de Libre Comercio con Marruecos, excluyendo al Sáhara Occidental.
Estados Unidos es el mayor financiador de las actividades del Programa Mundial de Alimentos (PAM), encargado de la seguridad alimentaria de los campamentos de refugiados saharauis.
A nivel del Congreso, la causa saharaui tiene el apoyo de los republicanos, como del Senador conservador James Inhofe (Oklahoma) quien es uno de los legisladores más brillantes de Estados Unidos por sus principios. El presidente de la Liga de Amistad Norteamericano-Saharaui, que se formó en agosto del año 2013, es Joseph Pitts (Republicano por Pensilvania). Los senadores Inhofe y el demócrata Patrick Leahey (Vermont), son muy amigos del Sáhara Occidental: piden que su país proteja los derechos humanos en el Sáhara Occidental.
En julio de 2013, se fundó en Nueva York la agrupación «Ciudadanos de Estados Unidos por el Sáhara Occidental», integrada por académicos, periodistas, ex diplomáticos, activistas de Derechos Humanos, artistas y estudiantes.
El Secretario de Estado, John F. Kerry, impulsó en abril del 2013 una iniciativa en el Consejo de Seguridad de la ONU, para que los Cascos Azules (Minurso: Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) que se encuentran en el Sáhara Occidental tenga atribuciones de velar por los derechos humanos. Lo presentó la embajadora estadounidense ante la ONU, Susana Rice.
Frank Ruddy ex embajador de EE.UU. y ex jefe de la Minurso, menciona en un artículo publicado en el diario más conservador de EE.UU, Washington Times, que “Freedom House, en el más reciente informe anual del grupo de vigilancia, calificó a la situación del Sáhara Occidental como lo «peor de lo peor», en términos de políticas, los derechos civiles y el abuso.
El Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos, presidido por Kerry Kennedy, realizó informes y campañas internacionales por la defensa de los derechos humanos en el Sáhara Occidental.
John Bolton, ex representante Permanente de EE.UU. ante la ONU y ex Consejero de Seguridad Nacional de la administración Donald Trump, junto a James Baker, fueron los ingenieros del plan de paz para el Sáhara Occidental, Bolton critico el estancamiento del proceso de paz y se mostró partidario de un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, cuando expreso: «cómo se puede justificar» que se siga prorrogando la misión de paz de Naciones Unidas (MINURSO).
«Me gustaría ver que esto se resuelve si las partes pueden acordar una salida. Esa es mi preferencia» y agregó «Hay dos destacados funcionarios estadounidenses que realmente se enfocan mucho en el tema del Sáhara Occidental: uno es James Baker, ex Secretario de Estado de los Estados Unidos entre 1989 y 1992, y el otro soy yo». Comentó Bolton y añadió «Creo que debería haber una intensa presión sobre todos los interesados para ver si pueden resolver el problema», «Todo lo que queríamos era celebrar un referéndum para los 70.000 votantes, (pero) 27 años después, el estatus del territorio sigue sin estar resuelto».
Bolton en declaraciones a un digital norte americano mostró su gran preocupación por la situación de los refugiados saharauis:
«No debemos de olvidar de la situación en el Sáhara Occidental, pensar un poco en los saharauis, muchos de los cuales todavía están en campamentos de refugiados en el suroeste de Argelia cerca de Tindouf, en el inhóspito desierto del Sáhara sin poder volver a su tierra, y debemos permitir que estas personas y sus hijos regresen» y tener vidas dignas».
El dia 24 de febrero de 2019 una delegación de Estados Unidos compuesta por 17 personalidades, incluidos seis parlamentarios, encabezados por James Inhofe, presidente del Comité de los Servicios Armados del Senado de Estados Unidos, y por el presidente del Comité de Finanzas, Enzi Michael Bradley visitaron a los campamentos de refugiados saharauis.
En declaraciones a la prensa, Inhofe dijo que la visita de es muybimportante para la delegación “se encuadra en el marco del aliento del derecho de los pueblos a la recuperación de la libertad ansiada desde hace años”.
“Es un incentivo para que el pueblo del Sáhara Occidental recupere su libertad”.
El diputado norteamericano agregó que entre la delegación “hay seis parlamentarios elegidos por el pueblo estadounidense que reafirman su compromiso de apoyar esa aspiración de libertad”.
EE. UU debe disculparse del pueblo saharaui al apoyar, financiar y asesorar al gobierno de Rabat en su aventura expansionista, la cual causó enormes angustias a múltiples generaciones de este noble pueblo. La administración de Trump debe llevar sus últimas declaraciones a favor de la autodeterminación del pueblo saharaui a hechos reales, dejar de vender armas al ejército de ocupación marroquí y dar serias advertencias al régimen alauita para abandonar su antigua tesis colonialista en el tema del Sahara Occidental.
Esperamos que nuestro admirable equipo de negociadores ande con cautela y mucha cautela para no caer en los engaños del enemigo y sus aliados, después de sus posiciones negativas en la última reunión de Ginebra. Tras la sonrisa de Bourita y la mirada extraña de Hilal se ocultan indicaciones y órdenes de potencias Europeas históricamente rivales a los intereses de la nación saharaui, estos aprovechan la delicada situación de la hermana Argelia para reforzar sus argumentos anexionistas en el marco de su batalla psicológica contra el pueblo saharaui.
Hoy más que nunca, urge la necesidad de organizar una conferencia internacional, donde participaran expertos de la ley internacional de todo el mundo y funcionarios de la ONU con el objetivo de esclarecer el verdadero significado del término autodeterminación, el cual esta falsificado de su verdadero significado y cerrar las puertas ante explicaciones erróneas que confunden la opinión pública mundial convirtiendo la víctima en verdugo.
Autor: Abdurrahaman Budda/ECS / ecsaharaui.com / Nueva York, 10 Julio de 2020.