El Gobierno ha excluido a Marruecos de la reducida lista de países terceros a los que la Unión Europea abrió su frontera exterior el pasado mes de julio al considerar que no representaban un riesgo añadido a la propagación del coronavirus, con lo que el grupo de destinos autorizados queda limitado a once países, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este sábado.
Según la orden firmada y publicada en el BOE por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y siguiendo lo acordado por la Unión Europea, la lista estaría ahora compuesta por Australia, Canadá, Georgia, Japón, Nueva Zelanda, Ruanda, Corea del Sur, Tailandia, Túnez, Uruguay, y China.
Desde el Ejecutivo han aclarado que se adopta esta disposición sin que tenga reflejo práctico, dado que, en aplicación del principio de reciprocidad que había condicionado la autorización para viajar, todavía no había surtido efectos.
Esta orden tendrá efecto hasta las 24.00 horas del 16 de septiembre de 2020, sin perjuicio de su eventual modificación para responder a un cambio de circunstancias o a nuevas recomendaciones en el ámbito la Unión Europea.
REVISIÓN DE PAÍSES AUTORIZADOS
El bloque acordó una primera lista de quince países a los que abrirse progresivamente a partir del 1 de julio, pero ya entonces varios socios hicieron notar que se trataba de una «recomendación» y no de una obligación para los Estados miembro.
Tras varias semanas de negociación complicada, los 27 fijaron una primera lista con la condición de que sería revisada cada dos semanas, de modo que se pudiera ajustar periódicamente a la situación sanitaria cambiante y garantizar que sólo se incluyeran destinos con una situación epidemiológica igual o mejor que la registrada en la UE.
En la primera evaluación del pasado 16 de julio, los Veintisiete ya acordaron retirar del listado a Serbia y Montenegro. En una segunda revisión la única modificación fue la exclusión de Argelia y ahora Marruecos, al tiempo que no se ha producido ninguna nueva incorporación.
Al margen de esta docena de países, los 27 se comprometieron –y mantienen– que los residentes de Andorra, Mónaco, San Marino y el Vaticano deben ser considerados como residentes de la Unión Europea en lo que se refiere al paso fronterizo y por tanto beneficiarse de la misma libertad de movimiento.
Además, la frontera común también deberá permanecer abierta para viajeros procedentes de países no autorizados si son ciudadanos europeos o miembros de su familia, residentes de larga estancia en la UE y sus familias o personas con funciones o necesidades esenciales como, por ejemplo, personal sanitario.