El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, recibió en la playa Salvé de Laredo al emperador Carlos V, a quien, en relación con la situación de ingobernabilidad que hay actualmente en España, dijo que en este país «no hay quien se entienda» y que en estos momentos el Congreso de los Diputados «es un circo«.
El presidente explicó al emperador que «al que ha ganado no le apoya nadie, salvo un cántabro», lo que lleva a España a una nueva convocatoria electoral. «Tenemos que volver a votar otra vez. Cada dos meses elecciones y vamos a tener que hacer fijos a los interventores de mesa», ironizó.
Así se lo hizo saber Revilla al emperador a su llegada a Laredo, que este fin de semana celebra una nueva edición del Último Desembarco de Carlos V, fiesta declarada de Interés Turístico Regional e Itinerario Cultural Europeo.
El presidente también se referió a la situación mundial, que está «muy mal» por el peligro que supone el presidente de Estados Unidos, Donald Trump«, «que no sabemos si nos va a amenazar con misiles o con una guerra comercial». También inquietan a Revilla el Brexit y el cambio climático, que cada día se deja notar más.
Finalmente, el jefe del Ejecutivo regional, ante el deteriorado estado de salud de Carlos V, recomendó al emperador permanecer unos días en Laredo y en Cantabria antes de emprender viaje a Yuste «Laredo y esta tierra infinita es una tierra hospitalaria y le van a reconfortar de sus problemas», apuntó, antes de concluir su intervención con vivas a Laredo, a Cantabria y a España.
Cientos de actores y figurantes escenificaron el desembarco del emperador en la playa Salvé de la villa pejina, donde fue recibido por una amplia representación de autoridades locales y regionales, entre las que se encontraban también el vicepresidente y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga; el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez; el delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría, y la alcaldesa de Laredo, Rosario Losa.
Seguidamente, Carlos V y su séquito recorrieron las calles de la localidad hasta llegar a la antigua sede de la Cofradía de Pescadores de San Martín, donde tuvo lugar la tradicional cena de época.
La festividad traslada a Laredo a la época del Renacimiento, concretamente a 1556, cuando la corte imperial de Carlos V y de sus hermanas la reina Leonor de Francia y María de Hungría recala en Laredo camino de su retiro definitivo en el Monasterio de Yuste, en Extremadura.
Durante estos tres días la villa acoge desfiles, torneos de época, espectáculos pirotécnicos, un mercado renacentista, comercios de época, actividades y atracciones manuales para los niños, además de talleres de artesanía, expositores, degustaciones gastronómicas y espacios culturales y artísticos.