22/11/2024

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Llega un otoño de calor

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé un otoño más cálido de lo normal en Cantabria, mientras que el modelo apunta a que «puede ocurrir lo que en cualquier otoño» en cuanto a precipitaciones, es decir, existe la misma probabilidad, un 33%, de que sea normal, húmedo o seco.

Son datos que han expuesto hoy en rueda de prensa el delegado de la AEMET en Cantabria José Luis Arteche, y el responsable de la sección de Climatología de la misma, Juan José Rodríguez, acompañados por el delegado del Gobierno en Cantabria, Eduardo Echevarría, con motivo de la entrada del otoño, que se producirá el próximo lunes 23 a las 9.50 horas, y el balance del verano.

Arteche ha precisado, de cara a los próximos días, que este sábado soplará el viento sur en Cantabria lo que conllevará un incremento «considerable» de las temperaturas. La próxima semana, con la llegada del otoño, entrarán borrascas del oeste que dejarán precipitaciones, aunque no serán especialmente fuertes. De este modo, se dibuja un tiempo «muy otoñal» en la entrada de esta estación en la comunidad.

En cuanto al balance del verano, en España ha sido muy cálido, 0,8 grados por encima de lo normal, y seco, con un 14% menos de precipitaciones de lo normal. El año hidrológico, que no ha concluido, es, de momento, el cuarto más seco desde 1965.

En Cantabria, el verano ha sido cálido, con 0,4 grados por encima de lo normal, y normal en cuanto a precipitaciones. Junio fue normal o ligeramente cálido, y normal en precipitaciones; julio, muy cálido (1,1 grados por encima de lo normal) y húmedo; y agosto, cálido y normal.

Estas temperaturas dan lugar al duodécimo verano más cálido en Cantabria desde 1981 y el décimo más cálido desde 2000. Y las precipitaciones, al 16º verano más lluvioso desde 1981.

El verano ha sido algo más soleado de lo normal (con un 10% más de horas de sol) y el viento ha soplado según lo esperado.

Rodríguez ha precisado que la calificación del trimestre oculta un verano «de contrastes» dentro de la región, tanto en temperaturas como en precipitaciones.

Así, ha indicado que junio resultó frío en el conjunto de la región, pero en las comarcas del Ebro y la mitad oriental se dejó sentir la ola de calor que afectó a otras regiones de España en los últimos días de mes.

Por su parte, julio fue húmedo, pero la precipitación de origen tormentoso prácticamente no llegó a los valles orientales.

Y agosto recibió la precipitación esperada en el mes, aunque se registraron chubascos torrenciales a finales de mes en Valderredible.

Por lo que se refiere a las temperaturas mínimas, se produjeron en junio, cuando en Campoo se registraron valores bajo cero (-0,3 en Nestares) lo que «no es muy frecuente».

Mientras, las máximas estuvieron más repartidas por la región, donde se produjeron varias efemérides, es decir, el valor más alto jamás registrado para una estación y un mes. El 27 de junio se anotaron nueve, entre las que destacan los 40,9 grados de Tama, los 40,5 de Potes y los 39,9 de Ramales de la Victoria.

En julio hubo más de 4.000 tormentas, y Rodríguez ha destacado el granizo de gran tamaño que cayó el día en Liébana y «que no se recoge con frecuencia».

Otro episodio singular se registró el 8 de agosto en el aeropuerto de Santander, donde durante todo el día y hasta las 4.00 horas no se bajó de 30 grados. Se trata de una temperatura «atípicamente alta, extraordinaria», que nunca se había constatado antes.

En cuanto a las tormentas, se ha referido a las de los días 24 y 25 de agosto en Valderredible, donde en una hora se registraron entre once y trece litros por metro cuadrado, valores que han sido capaces de desequilibrar el balance hidrológico.

Respecto al año hidrológico, que finalizará el 1 de octubre, arrastra un déficit del 16% mientras que el año agrícola, que concluyó el 1 de septiembre, acumuló un déficit del 14%. Así, el déficit de precipitación recogida ronda el 15%.

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