La comarca de Liébana quiere acogerse a los fondos del Programa de Sostenibilidad Turística, uno de los ejes del plan estratégico presentado recientemente por el Gobierno de España, dotado con 4.262 millones de euros, y para lograr ese objetivo cuenta ya con el apoyo del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que hoy se ha reunido con los alcaldes de Camaleño, Óscar Casares, y de Vega de Liébana, Gregorio Alonso, para conocer el contenido de una propuesta centrada, precisamente, en la sostenibilidad y en la aplicación de las nuevas tecnologías.
Revilla ha mostrado su plena confianza en el potencial de Liébana como motor turístico de Cantabria, que encuentra en este sector más del 10 por ciento de su Producto Interior Bruto. Para el presidente, la llegada de recursos externos resulta imprescindible para recuperar el pulso de una actividad gravemente afectada por la pandemia de la COVID-19 y, en este sentido, ha recordado que el Gobierno cántabro ha destinado ya más de 8 millones de euros a un plan de despegue que incluye medidas como la campaña de entradas gratuitas a Cabárceno y Fuente Dé o ayudas directas al sector.
El jefe del Ejecutivo autonómico ha valorado positivamente esta iniciativa que cumple con los criterios establecidos por el Ministerio en cuanto a reconocimiento patrimonial, protección del territorio y riesgo de despoblación, y se ha comprometido a impulsarla en la Consejería de Turismo, que informará sobre la misma antes de remitirla al Ministerio.
Por su parte, Óscar Casares y Gregorio Alonso han agradecido el respaldo de Miguel Ángel Revilla y confían en que las las particularidades paisajísticas, naturales, culturales y demográficas de la comarca lebaniega la hagan merecedora de unas ayudas cofinanciadas por el Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales y que, en el caso concreto de las zonas de interior, podrían alcanzar en 3 años los 3 millones de euros por proyecto.
El ‘Plan de Impulso del Sector Turístico: hacia un turismo seguro y sostenible pos-COVID-19′ consta de 28 medidas que se articulan en torno a cinco líneas de actuación: la recuperación de la confianza en el destino, la puesta en marcha de medidas para reactivar el sector, la mejora de la competitividad, la mejora del modelo de conocimiento e inteligencia turística, y una campaña de marketing y promoción.