SE NOS FUE CARMEN VALERO
Nacida en Castelserás (Teruel) el 4 de octubre de 1955, Carmen Valero se traslado de niña a Cataluña. Su inicio en el atletismo llegó en 1969, en Sabadell. Su primer entrenador, y mentor a lo largo de toda su carrera, fue José Molíns, el gran fondista fallecido en 2023, que lo fue todo en la Juventud Atlética Sabadell.
A nivel nacional, los primeros resultados apreciables de Carmen Valero se registran en 1970 y 1971, cuando gana el Campeonato de España Juvenil de Cross. Pero en el año 1972, todavía con 16 años, ya aparece en el panorama absoluto. Consigue su primer Campeonato Nacional de 1500 metros, al que seguirían otros seis consecutivos más, logrando un monopolio que se extendió desde 1972 hasta 1978. A ellos se añadieron tres campeonatos de 800 en los años 1974 a 1976, y cuatro de 3000, desde 1974 a 1976, y 1978, logrando pues tres insólitos tripletes consecutivos. Todavía hay que añadir que cuando las distancias femeninas se fueron alargando, también en 5000 metros logró el Campeonato Nacional, en 1986. A estos éxitos en la pista se sumaron los del cross, con seis títulos españoles consecutivos, desde 1973 hasta 1978, más los de 1981 y 1986. Y los de pista cubierta, con dos títulos nacionales en 1500 metros.
Este dominio abrumador que ejerció en la escena española se trasladó al campo internacional. Finalista en el Campeonato Europeo Junior de Duisburgo en 1973, donde quedó cuarta en 1500 metros con récord nacional absoluto, al año siguiente compitió en el Europeo absoluto, en Roma. Nuevo récord nacional en la eliminatoria, y otra vez en la final, en la que logró un séptimo puesto, lo mejor de nuestro atletismo femenino hasta entonces. Al año siguiente, 1975, participó en los Juegos Mediterráneos de Argel, logrando una medalla de bronce en los 1500 metros. Y en 1976, estrenó el atletismo femenino español en unos Juegos Olímpicos, los de Montreal, en 800 y 1500 metros.
Seguramente lo más notable de su actividad internacional se produjo en el cross. Participó por primera vez en el Mundial de Cross en 1973, y en 1974 ya logró un excelente noveno puesto. En 1975, en Rabat, alcanzó las medallas, con su tercer puesto. Pero lo mejor estaba por llegar: en 1976 en Chepstow se proclamó campeona del mundo, al ganar por delante de nada menos que la soviética Tatyana Kazankina (triple campeona olímpica y plusmarquista mundial) y la italiana Gabriella Dorio; y más difícil todavía, al año siguiente repitió victoria en Düsseldorf, por delante de dos extraordinarias fondistas soviéticas como Lyudmila Bragina y Giana Romanova. Las españolas no han vuelto al medallero desde entonces, lo que deja cristalino lo extraordinario de los resultados de Carmen Valero.
A este desempeño en la competición se unieron, lógicamente, los resultados ante el crono. Logró récords nacionales en los 800, 1500 y 3000 metros, que poseyó simultáneamente. En 800, primero logró 2:06.0 en 1975, y después 2:04.12 en 1976. En los 1500 metros al aire libre batió el récord de España cuatro veces. Empezando con los 4:18.25 del Campeonato Europeo Junior de 1973, siguiendo por los sucesivos 4:13.02 y 4.11.61 en el absoluto de 1974, para terminar con 4:08.34 en 1976. Mientras, en pista cubierta, lo batía tres veces hasta llevarlo a 4:17.15. Por último, en los 3000 metros, consiguió seis récords de España, desde sus primeros 9:50.0 en 1973, hasta los 9:00.9 que estableció en 1978. Estas marcas que logró tuvieron alto nivel internacional. Así, los 4:11.61 de 1974, la colocaron en el puesto 17º de la lista mundial del año, y 14º europeo, posiciones que ninguna española mejoró hasta Maite Zúñiga en 800 metros en el año 1988. Con esa misma marca, a final de 1974 era la 28ª mundial y 24ª europea de todos los tiempos. Y esto tardó más en superarse: lo hizo Sandra Myers sobre los 400 metros en 1991.
Y por encima de todos estos logros debemos destacar que puso al atletismo femenino en el centro de la actividad en España, al normalizar unos resultados que aún hoy parecen en muchos casos insólitos. Se vio que se podían alcanzar y abrió el camino a todas las atletas que en el siguiente medio siglo han continuado sus pasos.