La fauna y flora de la Peña del Moro, un área de Ramales de la Victoria clave en la conectividad ecológica de la Montaña Oriental Cantábrica, será el tema central este viernes, 30 de agosto, a las 20.15 horas, de la charla de los Viernes del Fluviarium, que se llevan a cabo periódicamente en el ecomuseo de Liérganes y que esta vez contarán con la presencia de la divulgadora ambiental Cristina Cano.
La charla, con entrada libre, será la última de una serie de encuentros llevados a cabo dentro del programa ‘Conectando la Biodiversidad en la Montaña Oriental Cantábrica‘, desarrollado durante todo este año por Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) con el apoyo de Fundación Biodiversidad, y dentro del cual se han llevado a cabo acciones para favorecer la conectividad ecológica en el territorio limítrofe entre Cantabria, Burgos y Vizcaya.
La Peña del Moro, un paraje clave Infinidad de cuevas, el patrimonio pasiego o tres áreas protegidas de la red europea Natura 2000 (la Montaña Oriental, en Cantabria; el Parque Natural de Armañón, en Bizkaia; y los Montes de Valnera, en Burgos) son algunos de los elementos destacados de la denominada Montaña Cantábrica Oriental, un continuo de biodiversidad y patrimonio geológico y etnográfico que, con las particularidades propias de cada región, se extiende por el territorio limítrofe entre Cantabria, Burgos y Vizcaya.
La Peña del Moro, en Ramales de la Victoria, no forma parte de la red de áreas protegidas de la Montaña Oriental y, sin embargo, se halla justo entre ellas, por lo que cumple un papel clave en la conectividad ecológica entre las mismas. Por esa razón, Fundación Naturaleza y Hombre, que coordina el proyecto, aboga por dotar a este enclave de una mayor protección medioambiental que garantice la conexión entre las áreas naturales de la parte vizcaína, por un lado, y la cántabra y burgalesa por otro.
El proyecto ‘Conectando la biodiversidad en la Montaña Oriental Cantábrica’ lleva desarrollándose a lo largo de todo el año 2019, durante el cual Fundación Naturaleza y Hombre ha plantado más de 2.000 árboles autóctonos en reforestaciones que su rebaño de ovejas carranzanas se encarga de mantener libres de maleza para prevenir los incendios que pudieran malograr su crecimiento.
En el futuro, estos nuevos árboles contribuirán al incremento de biodiversidad en el territorio y a que la fauna pueda moverse con mayor libertad entre las masas boscosas.
Además, y para difundir los valores tanto naturales como etnográficos del territorio, se han celebrado charlas sobre la exploración espeleológica en el Alto Asón, el uso pasiego del territorio, el Parque Natural de Armañón, o las acciones que Fundación Naturaleza y Hombre ha llevado a cabo en la zona desde la creación de la organización hace más de dos décadas, y que incluyen la reintroducción del rebeco, la creación de pasos para salmones o numerosas reforestaciones.
El proyecto, desarrollado por Fundación Naturaleza y Hombre, ha contado con el apoyo de Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica.