El porcentaje de muerte súbita es hasta siete veces mayor en carreras de resistencia que en otros deportes, y es mayor entre hombres que entre mujeres, ha alertado el jefe del servicio de Cardiología del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime (Valencia), el doctor Fernando Dicenta Gisbert.
«La muerte súbita cardíaca es una forma de muerte natural de momento y forma inesperados con una hora más o menos desde el inicio de los síntomas hasta el fallecimiento», ha explicado el doctor Dicenta.
El 12 % de las muertes que se producen de forma natural son súbitas. De éstas, casi nueve de cada diez son cardíacas. En el caso del deporte, la muerte súbita suele producirse durante las 24 horas siguientes al ejercicio deportivo o mientras se realiza.
«Es frecuente que se deba a cardiopatías congénitas o adquiridas del adulto y, menos frecuentemente, a un golpe precordial, un impacto en la zona precordial que da justo en un período de ciclo cardíaco vulneravle y que desencadena en una fibrilación ventricular primaria», ha revelado el experto.
Se da más en deportes que impliquen carrera porque el corazón es un músculo que sufre procesos estructurales y funcionales adaptativos a medida que una persona se ejercita.
«Cuando entrenamos o participamos en carreras, nuestro corazón se va a ver sometido a un trabajo muy intenso, por lo que es muy importante que estos cambios adaptativos en nuestro corazón se produzcan de forma fisiológica, es decir, a partir del funcionamiento y adaptación normal del cuerpo», ha indicado el doctor Dicenta.
No obstante, la muerte súbita es independiente de la distancia. Puede darse en carreras de 10 kilómetros o en ultra fondo. Todo dependerá del estado del corazón y de otros factores como la fatiga extrema, las condiciones climatológicas o la deshidratación.
«No por entrenar más se corre un mayor o menor riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria. Aunque sí debemos tener en cuenta que un mal plan de entrenamientos para carreras de larga distancia puede ser perjudicial», ha subrayado el experto.
REVISIONES NECESARIAS
Los expertos recomiendan someterse a una revisión del aparato cardiovascular con periodicidad a partir de los 35 años, porque a esta edad las probabilidades de sufrir muerte súbita aumentan. La proporción es de una por cada 18.000 personas, mientras que por debajo de esa edad las probabilidades son una de cada 200.000.
Las razones de muerte súbita en mayores de 35 años, según ha explicado el doctor Dicenta, «se deben a cardiopatía isquémica, que son depósitos de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias coronarias, y la de los menores de 35 años a cardiopatías congénitas, sobre todo miocardiopatía hipertrófica».
En Europa hay consenso para que al menos se haga una exploración física general y un electrocardiograma. Un buen chequeo cardíaco debe incluir una prueba de esfuerzo y una ecografía doppler-color.
La prueba de esfuerzo es un reconocimiento médico en el que se mide la tensión arterial y se realiza un electrocardiograma tanto en reposo como durante el ejercicio y en el pico del mismo. De esta forma se pueden detectar arritmias o problemas coronarios, minimizar factores de riesgo y poder certificar si la persona es apta para la práctica deportiva de competición.
Por su parte, la ecocardiografía consiste en una ecografía del corazón. Con ella se podrán detectar patología valvular, miocardiopatía o enfermedad de los grandes vasos.
Además de la prevención, se debe realizar el entrenamiento adecuado a la prueba en la que se va a competir. «Por supuesto, si tenemos inestabilidad, náuseas, malestar general, mareo o ‘malas sensaciones‘ debemos parar de competir y tambíen debemos avisar y pedir ayuda para que podamos recibir la atención médica adecuada», ha concluido el doctor Dicenta.