Al cierre del tercer trimestre, la deuda viva de Cataluña con el Estado por el dinero recibido a través del Fondo de Financiación ascendía a 59.212 millones de euros, según datos publicados ayer por el Banco de España. Esta cifra será mayor al término del ejercicio, ya que Hacienda ha asignado otros 1.533 millones a Cataluña en el cuarto trimestre con cargo a los fondos de liquidez.
Cataluña ha sido, con diferencia, la principal beneficiaria de la manguera de liquidez puesta en marcha por el Ejecutivo en 2012 para que los gobiernos regionales pudieran afrontar los vencimientos de deuda y el pago a proveedores ante el cerrojazo de los mercados de capitales. Un flujo de recursos que se ha mantenido constante desde entonces, incluso en los peores momentos del órdago separatista, que eclosionó bajo los mandatos de Carles Puigdemont, hoy prófugo de la Justicia en Waterloo, y Quim Torra, instalado en la confrontación permanente con el Estado y activista más que president durante la reciente ola de disturbios en Cataluña. A finales de 2015, poco antes del desembarco de Puigdemont en la presidencia del Govern, en enero de 2016, la deuda viva de Cataluña con el Estado ascendía a unos 43.300 millones de euros. Es decir, durante los mandatos de Puigdemont y Torra (president desde mayo de 2018) el saldo ha crecido en casi 16.000 millones de euros (sin contar los fondos asignados por Hacienda en este cuarto trimestre); es decir, más de un 36% en cuatro años, a pesar de las devoluciones de principal, que entre 2016 y 2018 sumaron unos 12.400 millones.
Pese al mantra del independentismo de que «España nos roba», lo cierto es que Cataluña, al igual que otras muchas regiones españolas, logró mantenerse a flote durante los años más duros de la crisis gracias a la muleta financiera del Estado, hasta el punto de que más del 75% de la deuda total de Cataluña, que asciende a 78.600 millones, está en manos del Gobierno central. Todo ello sin olvidar que esos préstamos se han realizado a tipos de interés muy inferiores a los de mercado, lo que, según cálculos de Hacienda, ha permitido a las CCAA un ahorro acumulado de 39.800 millones desde 2012, del que Cataluña ha sido la gran beneficiaria en tanto que aglutina un tercio de lo que las comunidades autónomas adeudan en conjunto al Estado por los mecanismos de financiación adicionales (180.081 millones hasta septiembre, según los datos del Banco de España).
Tras Cataluña, la Comunidad Valenciana, una de cuyas quejas recurrentes es su endémica infrafinanciación, es la segunda más endeudada con el Estado, con más de 40.600 millones de euros pendientes de pago por el Fondo de Financiación, cuantía que se verá engrosada con los 919 millones asignados por Hacienda en el cuarto trimestre. En 2015, el saldo rondaba los 29.000 millones, unos 11.500 millones menos que en la actualidad.
En tercera posición figura Andalucía, con una deuda de 26.931 millones de euros al cierre del tercer trimestre, alrededor de 7.000 millones más que hace cuatro años. Al otro lado de la balanza se encuentran La Rioja, Asturias y Madrid, que apenas adeudan al Estado 538, 1.090 y 1.432 millones, respectivamente.
Elevada deuda
La deuda del conjunto de las administraciones públicas se situó en 1,20 billones de euros en el tercer trimestre del año, cifra equivalente al 97,8% del PIB. Aunque supone un recorte de 1,1 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año pasado, aún se encuentra 1,9 puntos por encima del objetivo del Gobierno en funciones para 2019. Los organismos nacionales e internacionales, entre ellos el Banco de España y la Comisión Europea, urgen al Ejecutivo a priorizar el adelgazamiento de la deuda. Desde Bruselas se insiste en que un abultado endeudamiento reduce el margen de maniobra de la economía si vienen dificultades y expone al país a una mayor presión de los mercados.
Fuente: expansion.com