El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha defendido este martes la actuación de la Consejería de Sanidad en Cantabria en relación a las medidas restrictivas decretadas por la pandemia del Covid y ha achacado a «motivos políticos» las «voces discordantes» que han surgido en esta materia.
Así se ha pronunciado Revilla a preguntas de la prensa durante la rueda de prensa ofrecida este martes en el Gobierno autonómico para valorar su vacunación, después de que tuviese que cancelar el acto con los medios previsto a la salida del centro de salud de El Astillero, al ser increpado por una veintena de hosteleros, que según ha dicho no representan a la Asociación Empresarial de la Hostelería de Cantabria (AEHC).
El presidente regional ha asegurado que «da la cara siempre» y no se «esconde». «Son momentos de tensión, donde la gente está preocupada», ha valorado Revilla, que ha recordado que no lleva guardaespaldas y va siempre en su coche.
Asimismo, ha afirmado que «Cantabria es la región de España, junto con Canarias, donde menos muertos ha habido por habitante, fruto de una sanidad muy rigurosa», pese a ser «la más envejecida». También, ha sostenido que la sanidad de Cantabria es un «orgullo», se ha preocupado por que «no haya saturación de UCIs», y él como presidente «hace lo que dice Sanidad» en esta materia.
«Cantabria ha hecho las cosas razonablemente bien», ha defendido Revilla, para quien las voces «discordantes» que ha habido se debe a «motivos políticos». «Si los sanitarios dicen una cosa, hagamos lo que dicen los sanitarios. No busquemos un enfrentamiento político por el hecho de diferenciarte de los demás».
Cuestionado sobre el grito «más ayusos, menos revillas», proferidos por los hosteleros en su protesta, ha señalado que «la señora Ayuso (Isabel Díaz Ayuso, prrsidenta de la Comunidad de Madrid) tiene su sistema y nosotros tenemos el nuestro» y que lo que más le preocupa de la pandemia del Covid es «el número de personas que mueren».
A su juicio, desde hace un tiempo ha notado que «hay insultos» que «sacan a relucir a la presidenta de Madrid, que tiene su sistema, que yo no entro ni critico, pero que respeten el nuestro, que se basa en criterios universales sanitarios», ha trasladado.
De esta forma, Revilla ha reconocido que la gente está «encrespada» y que el único objetivo de este grupo de hosteleros era «boicotear» el acto y «hacerse notar», entendiendo, ha apuntado, la «situación terrible» que está viviendo «mucha gente» debido a la pandemia y las restricciones decretadas al efecto.
En este sentido, ha insistido en que «en Cantabria ha primado el criterio sanitario» y que el cierre de los interiores «se hace porque Sanidad manda hacerlo». «Es una doctrina universal», ha defendido. Además, ha recordado que solo son de sus competencias el cierre perimetral y el horario del toque de queda, con previo informe de Sanidad.
«Estas medidas son dolorosas, pero son inevitables», ha valorado el presidente de la Comunidad, que ha apuntado que se está haciendo lo que dicen los expertos, que sostienen que «la movilidad y los interiores, donde no se está con mascarilla y pueden tener poca ventilación, son un foco de contagio». «No hay otra solución», ha aseverado.
Asimismo, ha reiterado que el «verdadero problema» de la pandemia es la presión hospitalaria. «Nos olvidamos de los muertos», ha considerado el presidente regional, argumentando que si las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) estuviesen totalmente ocupadas la gente «moriría de otras cosas».
No obstante, Revilla espera que esta sea «la última situación dura» que se tenga que tomar de aquí al verano, que confía que tenga «una cierta normalidad» si llegan las vacunas, teniendo así a finales de junio a un 60 por ciento de la población vacunada.
«No hay otra solución que la vacuna», ha reiterado el presidente cántabro, que aboga mientras tanto por «jugar» con el equilibrio de «no cerrar del todo la economía», que sería «del todo insoportable», y «preservar» la sanidad, para conseguir que los ratios de la presión hospitalaria sean «soportables». «Hay que aguantar unos días. Estoy convencido de que vamos a tener un buen verano», ha sentenciado.
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