El Eurogrupo superó profundas diferencias, y una posible gran división dentro de la UE, para acordar medidas que podrían alcanzar el medio billón de euros con las que amortiguar el impacto económico del brote del coronavirus.
Después de 16 horas de negociaciones, el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, anunció el acuerdo: «El paquete que hemos aprobado hoy tiene un tamaño cercano al 4% del PIB europeo, además de los estabilizadores automáticos que son bastante poderosos para proteger las economías europeas en caso de crisis. Esto no tiene precedentes. Nunca, jamás, reaccionamos tan rápidamente a una crisis como esta».
Centeno especificó que el único requisito para acceder al dinero es que se debe gastar en conceptos «relacionados con la salud, con la cura y la prevención».
Así Francia, España e Italia, grandes defensores de la solidaridad, consiguen su objetivo de obtener ayuda sin más condiciones ni austeridad… pero no más que eso: no hay coronabonos a la vista.
«Para responder también a la pregunta sobre los llamados… -esto es sólo un eslogan- ‘coronabonos’: desde que soy presidente del Eurogrupo hay una cosa por la que siempre trabajo muy duro, y es no restringir el debate, pero tampoco adelantarse a la conclusión. Creo que debemos ser pacientes», concluyó Centeno.
Finalmente Alemania cambió su posición y, sin estar apoyar de ningún modo los eurobonos, dejó a Holanda sola en la postura más intransigente.
Con 190.000 millones como red de seguridad para los trabajadores, 200.000 para las empresas y 240.000 para los países, la Eurozona espera evitar una segunda gran crisis en poco más década.