Euskadi ha utilizado su ‘atractivo’ fiscal para captar el interés de las gestoras de fondos de capital riesgo. Las diputaciones forales de las tres provincias vascas han aprobado normas -la vizcaína está en tramitación- que dan ventajas fiscales a este tipo de sociedades, siempre y cuando tengan su domicilio en la comunidad autónoma y la administración y dirección del fondo se haga desde Bizkaia, Gipuzkoa o Álava.
Concretamente, las medidas fiscales adoptadas ‘premian’ al gestor de esos fondos de capital riesgo, a través del cambio de la tributación del denominado ‘carried interest’, prima que se reparte este profesional al finalizar la vida del fondo.
De esta manera, Bizkaia, Gipuzkoa y Álava siguen la corriente de los principales países de Europa, como Francia, Italia o Alemania, que ya cuentan con ventajas fiscales para estos gestores. En el resto de España no existen estos incentivos.
El objetivo de la creación de este ‘paraíso fiscal’ es, además de atraer capital, generar un sector que promueva e invierta en el ecosistema emprendedor vasco, aseguran fuentes de las tres diputaciones forales.
Impulso a la innovación
Desde la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión, (Ascri), su presidente Miguel Zurita, aplaude esta iniciativa. «Valoramos muy positivamente los cambios en la fiscalidad de los gestores de fondos de capital privado aprobados en Gipuzkoa, Bizkaia, Álava y también Navarra«. A su juicio, redundará en el desarrollo de una industria de servicios profesionales con empleo de alto valor añadido y «en inversiones productivas que impulsarán la innovación y el emprendimiento».
Para Alfonso del Río y Sergio Ramírez, de Deloitte Legal, se trata de una medida importante para mantener la competitividad económica y tributaria de los tres territorios forales vascos y de la Comunidad Foral de Navarra. «Además de atraer tanto a los propios fondos de inversión como a las propias sociedades gestoras, como consecuencia del Brexit», explican.
Gipuzkoa fue el territorio precursor para crear este ‘paraíso fiscal’ para los gestores de capital riesgo, ya que el cambio de tributación se realizó en febrero de 2019 y la nueva normativa está en vigor desde el 1 de enero del citado ejercicio.
El régimen previsto para el ‘carried’ se limita solo a fondos de capital riesgo, también conocidos como de capital emprendedor. Se modificó la calificación de la renta, de rendimiento del trabajo a rendimiento de capital mobiliario, pasando así de la base general a la base del ahorro. En la práctica, significa pasar de un tipo máximo del 49% a un tipo máximo del 24%.
Según fuentes de la Diputación Foral de Gipuzkoa, el objetivo es no tanto atraer capital, sino generar un sector que no existía. «Más allá del dinero, aporta un asesoramiento muy importante para que los proyectos y las startups crezcan».
A punto de cumplir un año, la Diputación confirma que ha habido movimientos y «se han creado fondos en Gipuzkoa, como Efialia, que invertirá 35 millones«.
La Diputación de Álava dio luz verde a esta medida tributaria a partir del 1 de enero de 2020, con un cambio en el IRPF que establece un régimen especial para los gestores y empleados de fondos de inversión alternativos. En base a este régimen, «se consideran rendimientos de trabajo los procedentes de participaciones o acciones en fondos de inversión obtenidos por gestores y empleados de dichos fondos. Estos rendimientos se integran al 50%», comentan desde del ente foral.
En Bizkaia, la norma foral sobre los gestores de capital riesgo está en tramitación en las Juntas Generales, pero su efecto será desde el 1 de enero de este 2020. «Se trata de una menor carga impositiva a las retribuciones de los gestores, con una deducción del 50% sobre el ‘carried’ y el otro 50% tributa como rendimiento de trabajo. Según la Diputación vizcaína, «el primer objetivo es regular como tributa el gestor, que no estaba regulado, para dar seguridad jurídica al respecto».
Principales diferencias
Desde Deloitte Legal explican las diferencias entre los territorios, ya que en Bizkaia y Álava han aprobado la consideración del ‘carried interest’ como rendimiento del trabajo, pero con una reducción por irregularidad del 50%, mientras en Gipuzkoa y Navarra lo consideran rendimiento de capital mobiliario.
«Aunque la técnica del incentivo es distinta y puede llevar a problemas interpretativos en la calificación de rentas, la reducción impositiva efectiva puede considerarse de similar efecto final, en muchos casos». Una diferencia que apuntan es que Navarra y Gipuzkoa hablan de gestores de entidades de capital riesgo españolas y Álava y Bizkaia contemplan el incentivo para cualquier fondo europeo.
Alfonso del Río y Sergio Ramírez constatan el «interés expreso» de determinadas sociedades gestoras de fondos europeos sobre esta medida. «Si bien determinadas ciudades llevan la delantera para la posible localización de fondos de inversión y/o sociedades gestoras con el tema Brexit, por ejemplo París o Frankfurt, creemos que el novedoso tratamiento del ‘carried’ en el País Vasco y Navarra, situará a estos territorios en una posición competitiva para atraer a estas gestoras ya que toman la delantera al resto de España».
Los socios de Deloitte Legal recuerdan el revuelo social que provocó esta regulación en Bizkaia, al pensar que se quería beneficiar la fiscalidad de los futbolistas.
Equiparar la regulación nacional
«No podemos olvidar que lo que se está haciendo en Euskadi es equiparar la regulación a lo que han hecho ya hace tiempo otros países del entorno como Francia, Alemania o Italia», afirma Miguel Zurita. El presidente de Ascri reclama que se aprueben regulaciones semejantes a nivel nacional. «Tenemos una oportunidad de atraer gestores internacionales, pero también de no perder a los nuestros y permitirles crecer y convertirse en referencias internacionales».
Para Miguel Zurita, «un país con una infraestructura tecnológica, profesional etc. de altísimo nivel, necesita que la regulación apoye y no suponga un freno para el desarrollo del sector de la inversión privada».
Fuente: eleconomista.es / Imagen: Diputación Foral de Vizcaya.