24/11/2024

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España, a 13 kms de Marruecos, ve cómo Francia y Portugal ya funcionan con su Ministerio del Mar

Portugal se adelanta con la idea del ‘Mar de Portugal’. Francia ahora retoma el Ministerio del Mar, Inglaterra ya tiene el Ministerio de Marina, y España, que convive en fronteras con los tres países, es además la puerta de Europa a África. Varios países del viejo continente creen que se está gestando un conflicto internacional por los derechos marítimos, por los derechos del mar y Marruecos está a tan solo 13 kilómetros de nuestras costas. España demás tiene experiencia reciente. El incidente de la isla de Perejil fue un conflicto armado que involucró a España y Marruecos, el primero librado en el siglo XXI por ambos países,​ desarrollado entre el 11 y el 20 de julio de 2002. El casus belli fue la ocupación militar de la isla de Perejil por una dotación de presa de la Marina Real de Marruecos.

ESTRATEGIA FRANCESA

La remodelación del gobierno francés, ahora presidido por Jean Castex, nuevo primer ministro de Emmanuel Macron, ha servido para rescatar del pasado un específico Ministerio del Mar que no existía desde 1988. El cargo en el nuevo ejecutivo recae en Annick Girardin y aún no tiene definidas todas sus funciones, si bien es seguro que tendrá competencia sobre construcción naval, medioambiente y pesca. Quedaría fuera de su jurisdicción lo referido al transporte, que quedará en manos del secretario de Estado Jean-Baptiste Djebbari, como hasta ahora.

Francia tiene por delante una difícil reconstrucción económica tras la crisis derivada del Covid 19 y el malestar que antes de la pandemia se había desatado en los puertos galos. No obstante, tanto el presidente Francois Hollande como el presidente Emmanuel Macron se han comprometido en fortalecer “el músculo marítimo” con la elaboración de planes estratégicos y el establecimiento de directrices en torno a la “economía azul”.

El presidente cree que “el Siglo XXI será marítimo” y Francia se ha de desenvolver, vivir y “triunfar, retomando el liderazgo europeo y mundial”. Propone un pacto a los armadores y otros actores del transporte marítimo y anima a reconocer “el atraso de los puertos franceses como una oportunidad”. En este sentido, cabe recordar que el modelo portuario francés ha comenzado a cambiar y a descentralizarse, quedando bajo la órbita estatal sólo Dunkerque, Le Havre y Marsella. “Estos puertos deben convertirse en modelo para el Siglo XXI”, adaptándose a un modelo de transporte más ecológico, utilizando medios de propulsión más limpios, aumentando el modo eléctrico en los muelles y favoreciendo la intermodalidad y la interconexión con la red fluvial”.

PORTUGAL QUIERE EXTENDERSE

Portugal pretende extender sus derechos de soberanía hasta el centro del Atlántico Norte. Los nuevos territorios incluirían vastas áreas de lecho marino y subsuelo. Además de beneficios económicos, el proyecto apunta a recuperar una antigua identidad como potencia marítima: de concretar sus aspiraciones, sería una nación con 3,8 millones de km2 de territorio y sólo el 3% en tierra firme.

Portugal entra en el nuevo siglo con la decisión de reinventarse como potencia marítima mundial, guiado por una estrategia nacional que amplíe sus derechos de soberanía hasta el centro del Atlántico Norte y lo beneficie bajo los criterios de la nueva “economía azul”, de explotación sustentable de los océanos.

Desde 2013, Lisboa trabaja en la estrategia “Mar Portugal”, de ampliación territorial marítima, como parte de la Estratégia Nacional para o Oceano (ENO) 2013-2020. En esa línea, el gobierno socialista de António Costa creó en 2015 el Ministerio del Mar, con autonomía total para gestionar los recursos de pesca, marina mercante y todos los asuntos marítimos.

El corazón de plan es conseguir que el 50% del PIB portugués sea generado por actividades marítimas. Para ello, Lisboa ya tiene en marcha diferentes iniciativas, que van desde el capital humano a la infraestructura, con un equilibrio entre el desarrollo de las comunidades costeras y las inversiones internacionales.

El área marítima, además de espacio de transición, alberga mucho valor en sí mismo. Lisboa ya investiga la minería oceánica para extraer zinc, cobre, cobalto, oro, plata, manganeso, metales para alta tecnología (como platino, paladio, osmio y rodio) y tierras raras (como lantano, escandio, terbio o cerio).

En esa línea, Lisboa buscó el respaldo de la UE para acelerar la construcción de astilleros y aumentar la cantidad y capacidad de sus puertos. La ENO convertiría a Portugal en el principal nodo de las redes de comercio del Atlántico Norte, entre la ‘Fábrica América del Norte’ y la ‘Fábrica Europa ‘.

PORTUGAL, MIRA AL MAR

Como el país ubicado en el extremo occidental de Europa, Portugal por lo general se mantuvo aislada de las dinámicas continentales. Desde el siglo XIV, su orientación hacia el Atlántico llevó al desarrollo de una cultura de navegación y exploración de ultramar.

Los intercambios económicos, culturales y científico-tecnológicos resultantes de los contactos de Portugal con otros continentes pronto la convirtieron en potencia. Dos siglos después de su establecimiento como nación independiente, Portugal tenía una vasta red de factorías comerciales y colonias en América, África y Asia.

En la segunda mitad del Siglo XX, tras 400 años de dominio imperial, los últimos territorios de Portugal se descolonizaron. En simultáneo, el régimen autoritario del Estado Novo de Salazar-Caetano dio paso a la democratización.

La República Portuguesa quedó reducida a tres territorios: el Portugal continental en la Península Ibérica, y los archipiélagos de Madeira y Azores como regiones autónomas. En tierra firme, 10 millones de habitantes; en las islas, medio millón.

Además, el cambio de régimen llevó al ingreso a la Comunidad Económica Europea (luego Unión Europea, UE) y a la progresiva integración de la economía portuguesa. A pesar de los beneficios iniciales, para el cambio de milenio Portugal atravesaba una fuerte recesión, con tasas de desempleo que rondaban el 20%.

La estrategia “Mar Portugal”, de explotación sustentable de los recursos marinos (economía azul), se suma a los programas de planificación espacial marina de más de 70 países que promueven legislación, administración y fondos al desarrollo de los espacios marítimos. Lisboa ha pensado, por ejemplo, en biotecnología y energía renovable de los océanos.

Además, para Portugal mirar nuevamente hacia el mar es revivir un pilar identitario y estratégico nacional y comprometer a las nuevas generaciones con los ecosistemas oceánicos y sus potenciales beneficios, con planes de estudios y actividades en el mar en las escuelas y divulgación entre los adultos.

Por eso el gobierno de Costa creó el Ministerio del Mar, alienta las inversiones para ampliar la participación de las actividades marítimas en el PIB portugués, amplía sus márgenes de seguridad en océano y se vale del apoyo financiero de la UE para erigirse como la gran plataforma comercial europea de cara al Atlántico.

En 2005, Portugal creó el Grupo de Trabajo para la Ampliación de la Plataforma Continental (EMEPC por sus siglas en portugués), una entidad técnica permanente y un órgano político pensado para apoyar la presentación portuguesa ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), en 2009. En 2017, se transmitió una adenda con datos geológicos recién recopilados. La propuesta portuguesa ha sido examinada por siete expertos internacionales desde entonces.

La Plataforma Continental Ampliada o Extendida (PCA), que puede extenderse hasta 350 millas marinas (o 648,2 km) más allá de la línea de base sólo concede jurisdicción exclusiva a su respectivo país en el lecho y el subsuelo, sin incluir los recursos que se encuentran en la columna de agua. Dicho esto, Portugal ya posee la tercera mayor ZEE de la UE y la 20ª mayor del mundo.

La CLPC está encargada de examinar los datos y toda la información presentada por los Estados ribereños sobre el límite exterior de la plataforma continental. Una vez analizada, la Comisión emite recomendaciones relacionadas con la adecuación del límite presentado a los criterios y restricciones establecidos en la CONVEMAR.

De tener éxito, Portugal más que duplicaría su territorio, con 3,8 millones de kilómetros cuadrados en total, a pesar de que solo un 3% sería territorio terrestre.

Fuentes: Cantabria Directa, embajadaabierta.org y diarioelcanal.com. Imagen: Torre de Belem de Lisboa.

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