En la época en la que se construyó el edificio de Isabel II 13 de Santander, en España ya se importaba amianto tal y como posee el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en su documentación. El amianto o asbesto (denominaciones de origen griego, cuyo significado es amianto-incorruptible y asbestos-inextinguible) es una sustancia mineral natural (silicato fibroso), con dos grupos mineralógicos: serpentinos y anfíbolos, que se extrae de la roca en minas de distintos países, principalmente, Canadá, Rusia, Brasil, Australia y algunas zonas de África. El crisotilo pertenece al grupo de las serpentinas; los otros tipos de amianto son del grupo de los anfiboles. Las rocas conteniendo serpentinas y anfiboles están esparcidas en la superficie de la tierra, presentándose el amianto en forma de venas. Cuando las venas están en cantidades importantes en la roca (alrededor del 1 %), se considera la extracción comercial de las fibras.
También se encuentra amianto en cantidades pequeñas de amianto anfibol en otros productos, como talco y mineral de hierro. Las variedades de amianto comercializadas han sido: crisotilo (90% producción mundial), crocidolita y amosita (5% producción mundial). El volumen de extracción mundial se redujo de 5 millones toneladas/año en los años 70, a 3 millones toneladas/año en 1993. El amianto se ha utilizado en la fabricación de más de 3.000 materiales distintos. Sus propiedades: resistencia al calor (fuego), resistencia a la abrasión, resistencia a agentes químicos, aislante térmico y acústico, baja conductividad eléctrica y bajo coste, propiciaron un amplio uso: construcción (protección ignífuga, paneles acústicos, calorifugados, baldosas y suelos, placas falso techo, fibrocemento, pinturas, asfaltos y masillas), industria textil (trajes aislantes, mangueras, guantes, cortinas), fabricación de medios de transporte (automóviles, trenes, barcos, aviones), como aislante y en elementos de fricción, centrales térmicas y nucleares (aislante), etc.
Las importaciones de amianto en España fueron significativas: 2,6 millones toneladas (periodo: 1900-2000), con 800 empresas importadoras (periodo: 1947-1985) y un periodo de máxima utilización entre 1960 – 1984. Sus principales sectores de uso han sido: fibrocemento (77 %), aislamientos y calorifugaciones (4 %), empaquetaduras y cartones (5 %), elementos de fricción, recambios y filtros (3 %) así como muchos otros (11 %).
Por lo que se refiere a su peligrosidad, los parámetros que la determinan son: concentración ambiental, tipo de amianto (fibras: serpentinas/anfíbolas), medida de las fibras (L> 5 μm; d< 3 μm; L/d > 3), ritmo respiratorio del trabajador y el tiempo de exposición. Los efectos del amianto sobre la salud han sido ampliamente demostrados: como carcinógeno de primera categoría (C1) causante de mesotelioma pleural y peritoneal y cáncer de pulmón (carcinoma broncopulmonar) y también como causante de asbestosis, con tiempos de latencia de hasta 20-40 años. El riesgo asociado a niveles bajos de exposición a amianto no está claramente determinado, aunque se admite que en patologías de mesotelioma pleural, un 26 % de origen no ocupacional corresponden a bajas concentraciones de exposición. No existe un nivel seguro de exposición, al igual que con otros contaminantes cancerígenos. Evitar la exposición al amianto es la única medida preventiva para evitar enfermedades.
Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.