El faro de Ajo lucirá este verano, concretamente a partir de mediados de julio, los colores y las figuras características del artista cántabro Okuda gracias a la colaboración entre el Gobierno autonómico, la Autoridad Portuaria de Santander (propietaria de la finca) y el Ayuntamiento de Bareyo, que financiarán la actuación con una aportación conjunta de 75.000 euros.
El Palacete del Embarcadero de Santander ha acogido esta mañana la presentación de un proyecto que para el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, será una «atracción importante» para Bareyo y para Cantabria, y «el comienzo de algo mucho mayor» en un lugar que, según ha dicho, «es una locura» por su espectacularidad paisajística y por el potencial que tiene la finca, de 17 hectáreas, para convertirse en un espacio dedicado a la cultura.
Revilla, que ha confesado ser un admirador del artista santanderino ¿«todo lo que hace me maravilla«-, ha señalado que los faros, como el de Ajo, tuvieron en el pasado una función fundamental para la navegación marítima, pero hoy en día han perdido ese uso y las instituciones tienen por delante la tarea de «reconvertirlos» en espacios abiertos al público de otro tipo.
«Hay que sacarle rendimiento para que vengan a ver la obra de Okuda, exposiciones al aire libre y darse un paseo, que ya lo tenemos hecho, por toda la costa, viendo el Mar Cantábrico«, ha manifestado el presidente, que augura un gran éxito a esta iniciativa por el interés que va a despertar la obra en sí y por la «monumentalidad» del lugar, que es «único».
También han estado presentes en el acto los consejeros de Turismo, Marina Lombó, y de Industria, Francisco Martín; la delegada del Gobierno, Ainhoa Quiñones; el presidente de la APS, Jaime González; el alcalde de Bareyo, José de la Hoz; la directora general de Turismo, Eva Bartolomé, y el propio Okuda San Miguel, entre otros.
Jaime González ha destacado el interés del Puerto de Santander por contribuir a dinamizar Cantabria con una iniciativa, en este caso de índole turística, que servirá de reclamo para el visitante. Además, ha anunciado la celebración en Santander, los días 22 y 23 de julio, de la reunión de presidentes y directores de los puertos del Estado, a quienes se les dará a conocer esta actuación que es la primera de estas características que se realiza en un faro y que, en su opinión, tendrá réplica en otros lugares de España.
Por su parte, José de la Hoz ha agradecido la participación de las diferentes instituciones en un proyecto que lleva fraguándose 10 años y que aspira a tener continuidad en el futuro con otras iniciativas culturales al aire libre que pongan en valor este entorno situado en un enclave estratégico, a medio camino entre el Museo Guggenheim de Bilbao y el Centro Botín de Santander.
Finalmente, Okuda San Miguel se ha mostrado encantado de volver a trabajar en la Comunidad Autónoma y plasmar su arte en un proyecto que recopilará parte de su iconografía, «las más cercana a lo que transmite Cantabria», pero cuya ejecución final -ha apuntado- no está aún cerrada, puesto que en su ADN está «mantener la creación viva» en todo momento. Okuda ha explicado que se trata de la primera intervención de su trayectoria en un faro, si bien ha dejado su firma en otras estructuras cilíndricas similares en el puerto de Sicilia, en Sacramento (EEUU) o en puntos del interior de Castilla.
Más de 72 colores
El proyecto consiste en pintar con más de 72 colores el faro de Ajo y los dos edificios anexos. Con él, Okuda volverá a llevar su mensaje de color y optimismo a un soporte singular como es este singular edificio, construido en 1930 y que constituye el punto más septentrional de la costa de Cantabria.
El artista cántabro se caracteriza por llevar su particular arte a lugares donde otros artistas contemporáneos no lo han hecho, desde la intervención íntegra del interior de una iglesia en Asturias (Kaos Temple, 2015), pasando por un castillo del siglo XIX en el Valle del Loira (Skull Mirror, 2017), la realización de la falla principal del Ayuntamiento de Valencia (Equilibrio Universal, 2018), los enormes silos de Ciudad Real (Titanes, 2019) o un mural de gran formato en el corazón de Manhattan (Multiculture Freedom Statue, 2020). Asimismo, ha diseñado espectáculos a los que han asistido más de 20.000 personas en todo el mundo (Kaos Garden, 2020).
Okuda se inspira viajando para dejar con su obra una huella positiva en lugares y personas. Promueve que la razón del arte, además de romper las fronteras entre las personas, las culturas y las religiones, es hacer que la gente sienta algo nuevo. Su uso único del color, las estructuras geométricas y las composiciones surrealistas encontradas en murales, lienzos, esculturas o instalaciones definen un estilo surgido tanto del mundo académico como de la calle.
Sus obras exploran las contradicciones y metáforas sobre la diversidad, la identidad, el equilibrio natural, el sentido de la vida y la libertad, buscando siempre inspirar al espectador.