El mercado cervecero se ha convertido en España en un constante lanzamiento de nuevas marcas y variedades. En ese proceso han entrado de lleno los grandes grupos fabricantes, que han respondido al creciente interés de los consumidores por las cerveza artesanales y de importación. Estas no solo han aportado nuevos sabores y matices, sino también nuevos momentos de consumo para la bebida lupulada, que ha salido del aperitivo para estar hasta en los postres.
Una competencia que ha frenado la generación de beneficios por parte de los tres principales grupos: Heineken, Damm y Mahou. Entre las tres ganaron 312,2 millones en 2018, un 36% menos. Gran parte de ese retroceso se explica por los resultados de la filial española de Heineken, que redujo su ganancia un 70% el año pasado, bajando a 73 millones por los costes de un ERE que afectó a más de 200 trabajadores.
Sin embargo, sus dos grandes competidoras, Damm y Mahou, tampoco supieron convertir en mayores beneficios su continuo incremento de ingresos. Damm mejoró su resultado consolidado menos de un 0,1%, estancándose en el entorno de los 115 millones, pese a vender un 8,4% más, 1.250 millones. Mahou San Miguel, por su parte, redujo sus beneficios un 2,6% hasta 124,4 millones, a diferencia del alza experimentado en su cifra de negocios, de hasta un 3%, rozando los 1.300 millones.
Las inversiones en la creación de nuevas cervezas, y en la renovación de los procesos industriales asociados a ellas, están detrás de esta situación. Como refleja Mahou en su memoria anual, destinó 25,4 millones de euros a este fin, un 23% más que en el año anterior. En 2018, las distintas marcas del grupo cervecero sumaban 47 referencias diferentes, cifra que durante este año ha pasado a 57, según los datos proporcionados por la propia empresa. En 2015 apenas eran 18. En 2019 la inversión para ampliar la gama se ha elevado hasta los 32 millones. Sumados los tres últimos años, la inversión roza los 80 millones. La compañía aspire a que el 10% de sus ventas en 2019 provenga de estos productos.
En el caso de Heineken, en 2018 las nuevas incorporaciones a su gama generaron el 7% de las ventas, que decrecieron un 5%. Durante ese año lanzó la sidra Ladrón de Manzanas, la Heineken 0,0, Cruzcampo Especial, nuevas variedades de Desperados y toda la gama de marcas Radler. En el primer semestre de este año lanzó 14 más.
Damm, por su parte, destinó a innovación de su gama de producto 6,7 millones. Su principal novedad fue el lanzamiento de la Complot IPA, su primera cerveza de esta variedad, además de desarrollar su gama sin alcohol. Entre todas sus marcas cerveceras, el grupo catalán suma cerca de 40 referencias. Para la renovación de sus centros de producción, la compañía ha destinado 500 millones en los últimos ocho años, a los que suma otros 40 para su fábrica de Santarén, en Portugal.
Solo Estrella Galicia mantiene el ritmo
Ganancias. La única de las principales cerveceras que mejoró de forma sustancial sus beneficios el año pasado fue Hijos de Rivera, la empresa propietaria de Estrella Galicia. En su caso la ganancia fue de 73,7 millones, un 22% más, superando incluso el resultado de Heineken, que facturó el doble. Grupo Ágora, dueño de las cervezas Ámbar, ganó 2,1 millones, un 43% menos, con unaos ingresos de 204 millones, un 3% más.
Consumo. El año pasado el consumo de cerveza en España superó por primera vez los 40 millones de hectolitros (40,16), una marca récord y una mejora del 1,5% respecto a 2017, que colocó a España como tercer país consumidor de esta bebida en Europa, según los datos de Cerveceros de España.
Fuente: cincodias.elpais.com