Asturias, Cataluña, Ceuta, Madrid, Melilla y el País Vasco suspenden el Semáforo del Ministerio de Sanidad. En cambio, Baleares, Extremadura, Galicia, Murcia y Comunidad Valenciana son las de riesgo bajo. Y en riesgo medio, Cantabria, Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla La Mancha, Castilla y León y La Rioja.
El Ministerio de Sanidad encara la aprobación de un nuevo “semáforo” de incidencia que conlleva limitaciones para la hostelería mayores que las actuales y en Cantabria la situación, según el semáforo, se normaliza, por lo que, en teoría, se debiera seguir con el horario actual de cierre a las 22.30 h. y dejar de servir a las 22.00 h. (Ver imagen 1).
España se ha alejado del riesgo extremo por la pandemia de COVID-19, dejando atrás, desde el 23 de febrero, los 250 casos por cada 100.000 habitantes en el conjunto del territorio nacional. Se encuentra en los 134, con solo Melilla y Ceuta por encima de los 250 contagios y una por debajo de los 50. La curva de contagios está estancada, aunque en las últimas jornadas la incidencia ha subido levemente. Por su parte, las comunidades ya han puesto en marcha las medidas consensuadas de cara al puente de San José.
Así, Madrid, Ceuta y Melilla están en el máximo riesgo y, trasladado a una unidad territorial menor, la situación es preocupante en siete provincias. Por otro lado, en 12 el nivel de riesgo es alto, como también ocurre en Fuerteventura y Gran Canaria, mientras que otras 16 regiones el riesgo es medio, en 18 es bajo y en nueva normalidad están siete.
Con la última actualización, a nivel provincial se han producido 17 movimientos, diez de bajada y siete de subida, como ha ocurrido en Cantabria, Guadalajara y Palencia. A nivel autonómico, de los cinco registrados, dos han sido de descenso y tres de aumento. La mejor situación se encuentra en la Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Baleares y Murcia, en riesgo bajo.
El Ministerio de Sanidad distribuyó un documento, consensuado entre la mayoría de las comunidades autónomas -con la abstención de la Comunidad de Madrid y el País Vasco- en el que se establecen cuatro niveles de alerta con umbrales numéricos concretos fijados a partir indicadores clave para el control de la pandemia de COVID-19 en España, lo que configura el conocido como «semáforo» de la COVID-19 en nuestro país.
A pesar de contar con estos indicadores de octubre, Sanidad no ha empezado a ofrecer la información de todas los indicadores que usa como referente hasta el 3 de diciembre, y a ofrecer una actualización semanal de esta información.
El semáforo por comunidades autónomas
Esta clasificación no está concebida en principio para las comunidades autónomas, sino que su empleo estaría más bien indicado para territorios más pequeños como las provincias o los municipios. Pese a ello, también Sanidad muestra información a nivel regional. (Ver imagen 2).
Cómo funciona la clasificación por niveles
Los criterios a partir de los que se determinan los niveles de riesgo se dividen en dos bloques principales, uno de indicadores de transmisión y otro de capacidad asistencia. Así, se evalúan la incidencia acumulada -tanto en 14 como en siete días, además de la vinculada a las personas con 65 años en adelante-, el porcentaje de la positividad de las pruebas PCR y el del número de casos con «trazabilidad», esto es, los positivos derivados de un paciente previo. En el otro bloque quedaría la proporción de camas hospitalarias ocupadas por pacientes con COVID-19 y el de los ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Para cada indicador se establecen umbrales para determinar si el riesgo es bajo, medio, alto o muy alto. A partir de esos datos, se establecen cuatro niveles de alerta:
- Nivel de alerta 1: Cuando al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II están en nivel bajo.
- Nivel de alerta 2: Cuando al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II están en nivel medio.
- Nivel de alerta 3: Cuando al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II están en nivel alto.
- Nivel de alerta 4: Cuando al menos dos indicadores del bloque I y uno del bloque II están en nivel muy alto.
Para que se alcance un nivel de alerta determinado, al menos dos parámetros del primer bloque y uno del segundo deben estar en ese nivel, si bien Sanidad para ese cómputo solo tiene en cuenta uno de los indicadores generales de la incidencia acumulada.
Sin embargo, la clasificación para encasillar a una región en un nivel y otro no es automática a partir de estos indicadores, sino que también depende de otros valores como la tendencia, la positividad de los casos sospechosos, la capacidad para establecer planes de contingencia, además de otros factores como la demografía y la movilidad del territorio evaluado.
La ubicación en uno u otro nivel de riesgo comportaría la aplicación de una serie de restricciones que afectarían a la movilidad, los aforos y el cierre de actividades, entre otros aspectos, según el documento de Actuaciones de respuesta coordinada acordado por el Consejo Interterritorial.
Fuente: rtve.es / Ministerio de Sanidad