El sector primario de Cantabria apoyará de forma unánime al Gobierno de Cantabria en su postura de rechazo absoluto a la propuesta del Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico (MITERD) de incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies de Protección Especial (LESPRE).
Así lo han trasladado las principales asociaciones y colectivos del sector primario al consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, durante la reunión que han mantenido hoy para analizar la propuesta del Ministerio y las medidas que está estudiando el Gobierno de Cantabria, junto a Galicia, Asturias y Castilla y León, para poder seguir controlando la especie en la Cordillera Cantábrica y garantizar el equilibrio en su convivencia con el sector ganadero.
En concreto, han estado presentes los representantes de las organizaciones profesionales agrarias (UGAM-COAG, AIGAS, UPA y ASAJA); las cooperativas agrarias (AgroCantabria, Altamira-Los Valles y Comillas-Ruiseñada); la Federación de Asociaciones de Razas Cárnicas, y la Asociación Frisona de Cantabria.
Por parte del Gobierno, además del consejero, han asistido el secretario general de la Consejería, Francisco Javier Gutiérrez; el director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, Antonio Lucio; las directoras generales de Ganadería, Beatriz Fernández, de Desarrollo Rural, Marisa Pascual, y de Pesca y Alimentación, Marta López, así como el subdirector de Medio Natural, Ángel Serdio.
Tras el encuentro, el consejero ha reiterado la postura de Cantabria respecto al “atentado” que ha decidido llevar a cabo el MITERD contra el sector primario y ha asegurado que Cantabria seguirá controlando la especie, incluso en el caso de que deje de ser cinegética.
En este sentido, ha afirmado que su departamento tendrá que aprobar medidas para controlar la especie porque “no vamos a permitir que el lobo invada las zonas de los ganaderos, obligándoles a abandonar sus tierras y sus trabajos”.
También ha dicho que reclamará al Ministerio una conferencia sectorial para analizar con la ministra y el resto de comunidades autónomas afectadas la propuesta que pretende llevar a cabo y trasladarle la preocupación del sector ante una decisión histórica “porque por primera vez se ha tomado en contra del criterio científico de los técnicos de las comunidades autónomas que convivimos con la mayoría de los ejemplares que existen en España”.
No entiende que las comunidades autónomas que no gestionan el control poblacional de una especie tengan el mismo peso en la votación que las comunidades “loberas”, en alusión a Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León. “Es tan absurdo como si Cantabria con su voto impusiera el modelo de gestión de la dehesa extremeña, de los montes castellano-manchegos, de los osos pirineo aragonés y catalán o de las especies que solo viven en Canarias o Baleares”, ha opinado.
También ha advertido de las duras consecuencias que tendrá esta decisión, tanto en las comunidades de la Cornisa Cantábrica como en el resto de España, donde no descarta que, si no se pone freno a su crecimiento exponencial, el número de manadas llegará “poco a poco y en grandes cantidades” a autonomías que no conviven con el lobo en la actualidad.
En el caso de Cantabria, ha señalado que la consecuencia inmediata de la inclusión del lobo en el LESPRE será la anulación del actual del Plan de Gestión y la posible reaparición de prácticas ilegales del pasado, tales como el furtivismo o el envenenamiento de animales.
“Creo que esta propuesta no va a ser beneficiosa para el lobo, sino todo lo contrario. En Cantabria hubo una guerra civil hace años entre los ganaderos y la Administración porque el Gobierno no tenía medios para controlar la especie. El Plan de Gestión puso fin a esa guerra hace año y medio, pero ahora el Ministerio la vuelve a abrir”, ha lamentado.
El titular de Medio Ambiente ha considerado que la decisión del Ministerio se fundamenta en el desconocimiento absoluto y en el desprecio hacia la realidad de la gestión cotidiana del lobo en comunidades autónomas, como Cantabria, en la que el Gobierno asume, a través de su Plan de Gestión, el coste económico y social para buscar el complejo equilibrio entre la conservación de una especie y la reducción de los daños que produce.
En este sentido, ha recordado los datos que el impacto del lobo ha dejado en las ganaderías en los últimos años, con más de 4.100 cabezas de ganado muertas entre 2019 y 2020, y más de un millón de euros en daños directos a sus propietarios, al tiempo que ha alertado del crecimiento poblacional de la especie en Cantabria, al pasar de cinco grupos estables en 1997 a contar en la actualidad con 19, ocupando más del 65% de la superficie del área de distribución.
Finalmente, ha agradecido al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, por mostrarse en desacuerdo con la propuesta del Ministerio de Transición Ecológica, si bien le ha pedido que “haga algo más” porque, en su opinión, “es su obligación defender al sector primario y más ahora que está siendo atacado”.
Por su parte, el secretario general de UPA en Cantabria, Alberto Pérez Quintial, en representación del sector, ha expresado el firme apoyo de las organizaciones profesionales agrarias, las cooperativas y demás representantes del sector primario a la postura del Gobierno de Cantabria de rechazar la especial protección del lobo ibérico en España.
“El problema del lobo es mayúsculo y no vamos a consentir que una ministra nos diga que no podemos controlar su población”, ha señalado Pérez Quintial, quien ha defendido el actual Plan de Gestión del Lobo en Cantabria, al permitir, ha dicho, a los ganaderos “vivir tranquilos” y evitar prácticas como el furtivismo. “No podemos permitir que se atropelle al sector primario de esta manera”, ha remarcado.