25/11/2024

nada personal, solo información

El milagro de la aviación

Cuando te pones a pensar un poco, después de nuestra experiencia en el aeropuerto de Las Palmas de Gran Canarias los pasados días 23-24 febrero, las circunstancias que rodean a la consecución de un hecho como el despegar un avión de una pista, tienes que pensar, que hasta el momento del despegue han ocurrido una cantidad de hechos que parece un milagro que esa cadena no se rompa por algún eslabón y que al final un avión despegue holgadamente, con su tripulación, sus pasajeros y su combustible.

La operativa de venta de un billete, requiere de una promoción, captación del cliente y venta final, en la cual intervienen diferentes actores como agencias, mayoristas turísticos, agencias e clientes individuales. Un despliegue importante de factor humano.

El pasajero llega al aeropuerto, y un ejército de personas se acelera para atenderle para que los innumerables trámites que tiene que pasar sean lo más agiles y cómodos posibles. El avión tiene que salir a una hora y como hormigas bien coordinadas y laboriosas, conducen al pasajero a una puerta de embarque bien posicionada. Este factor humano que atiende en los aeropuertos es el contacto más acelerado que un viajero tiene en la consecución de su objetivo final que es volar hacia su destino. Damos por normalizado el trabajo de estas personas, pero tienen que ser verdaderos profesionales para que esas coordinaciones aceleradas de hechos den lugar a un buen servicio al pasajero.

Si a esto le sumamos una circunstancia adversa, como hay muchas en la aviación, en la que esa cadena se rompe, como puede ser el bloqueo en el despegue de un avión por circunstancias meteorológicas, el aeropuerto se convierte en un caos ingobernable. Cuando pasa que un aeropuerto como el de Las Palmas, en estas últimas fechas, se ha hecho cargo de miles de pasajeros bloqueados por el cierre del aeropuerto por la Calima, vemos que miles de personas del personal afanándose para remediar los problemas de cada viajero. Había cientos de niños y padres tirados por los suelos por no tener sitio, bocadillos en las cafeterías que se acababan, chicos que tenían que presentarse a oposiciones que no perdonan, muchos problemas importantes que fueron solucionándose de la mejor manera posible. Eso significa un trabajo adicional, estresante, que se añade a su quehacer diario. Y hay que mencionar que el personal del aeropuerto se mostró no solo diligente, sino empático. Habitualmente, los medios se afanan en mostrar los problemas que se ocasionan y olvidan las soluciones que se dan. Somos muy dados a mirarnos al ombligo sin considerar nuestro entorno viendo en nuestro problema el más grande del mundo, esas personas son las entrevistadas. Hay un ejército de personas solucionando problemas, personal de tierra de los aeropuertos, personas calladas, invisibles, pero ahí están desarrollando un trabajo que hace posible el milagro de que despegue un avión. HAY QUE DECIRLO Y HAY QUE DARLE VALOR.

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