Luis Acayro Sánchez Lázaro (La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, 1976), guanche de origen, estudió Derecho en las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria, en Bolonia, Italia, y en Köln, Alemania. Ingresó en la carrera judicial cuando contaba tan sólo con 25 años, después de cursar un año en la Escuela Judicial de Barcelona. Hace casi tres años en la Universidad Complutense de Madrid, el Juez Acayro en una charla ante los estudiantes de Derecho manifestó, “en ocho años que estuve en Castro Urdiales me tocaron 20 causas de corrupción, llevo un año (era 2017) en el Contencioso Administrativo y ya me han dado 5 causas desde la Fiscalía. El Contencioso Administrativo es la gran asignatura pendiente de coordinarse con los Juzgados de Instrucción y la Fiscalía”.
El juez Luis Acayro es un magistrado adelantado a su tiempo, y como tal, ha debido ‘pagar’ en sus propias carnes los miedos a los cambios y a ponerse al día que tiene la judicatura. Si la sociedad evoluciona, las leyes deben evolucionar de forma paralela, pero el ciudadano no puede ser el pagano. Este magistrado del que la judicatura de Cantabria puede estar orgullosa porque se le atisba un futuro prometedor en tiempo no muy lejano, puede decir sin equivocarse que su independencia judicial no ha estado garantizada, porque el sistema no ha actuado como debiera. Dentro del mes de febrero de 2021 tal vez la propia justicia tenga que hacer un ejercicio interior porque ella misma no protege a sus propios actores jurídicos y están desamparados, no así el resto de los ciudadanos que poseen a esta misma justicia para defenderles y, a su vez, que puedan defenderse.
Esta semana hemos podido leer lo siguiente: “El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria vulneró derechos fundamentales del magistrado Luis Acayro Sánchez al difundir en diciembre de 2015 una sentencia contra el juez en la que aparecían datos personales del afectado como el DNI o su dirección”.
El magistrado tinerfeño conocida la información afirmó de forma escueta y sincera “sentirse muy contento porque al final se ha demostrado que el único que infringió la Ley fue el TSJ de Cantabria y los únicos derechos vulnerados fueron los míos”.
Sí, pero ¿quién defendió los derechos del juez Luis Acayro Sánchez en el momento de los hechos? Nadie, el Supremo entiende que la cuestión está prescrita. Por lo tanto, el Juez Luis Acayro, y mañana puede ser otro u otra, no posee una independencia judicial.
Este magistrado canario, de lo Contencioso Adminitrativo nº 2 de Santander celebró el primer juicio «íntegramente telemático”, en la historia de la Administración de Justicia «de Cantabria y de toda España”. De ello se hizo eco la prensa nacional e incluso el propio New York Times recogió la noticia. Actualmente está siendo protagonista de multitud de webinar, conferencias telemáticas de primer nivel. Es un juez trabajador como el que más, dicho por sus propios compañeros de juzgado, admirado por su estilo, transigencia, actitud y aptitud, por su visión de la justicia, y porque está al día de las novedades jurídicas por vocación.
Por último, el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) eligió en octubre de 2020 a José Luis López del Moral para un segundo mandato como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC). Al cargo aspiraba también el magistrado Luis Acayro Sánchez. López del Moral obtuvo 19 de los 21 votos del Pleno. Los vocales Álvaro Cuesta y Concepción Sáez votaron en blanco. Al juez Luis Acayro no le votó nadie, ningún compañero. Se quedó solo, tal vez por ser una amenaza para la democracia como se comentó en aquel juicio castreño. No pasa nada. Los 19 votantes hacen bueno al gran literato alemán, Goethe, que afirmó “somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón”.