El Centro Botín de Santander ofrece una «nueva mirada» sobre la obra de Pablo Picasso con una exposición inédita y «excepcional», en la que a través de más de 200 piezas procedentes de diferentes colecciones públicas y privadas desvela la «fascinación» del pintor malagueño por un arte primitivo y arcaico, el íbero, y el «impacto» que este descubrimiento tuvo su obra.
La muestra supone una visión «contemporánea» sobre la creación del artista internacional y ha supuesto un «reto» y un «desafío» para este espacio cultural de la capital cántabra, donde tras su inauguración, este viernes, podrá visitarse desde este sábado, 1 de mayo, hasta el próximo 12 de septiembre.
‘Picasso íbero’ es «la gran apuesta» del Centro Botín para este 2021, y ha sido presentada por su directora ejecutiva, Fátima Sánchez; la comisaria, Cécile Godefroy; el comisario asociado, Roberto Ontañón; el director del comité científico, Pierre Rouillard; y el del Museo Nacional Picasso-Paris, Laurent Le Bon, que destacado que en «pocas ocasiones» se puede contemplar una exhibición con «tanta envergadura, intensidad y magia». «Estoy en shock», ha manifestado después de recorrer la sala donde se exhiben las obras, articulada en tres espacios, y entre las que destacan las 14 piezas de la colección de arte íbero del Museo del Louvre, una de las más importantes del mundo y que se exhibirán por primera vez en España. Pero también hay grandes aportaciones de la familia Picasso, obras de su Museo de Málaga, del Thyssen-Bornemisza y del Reina Sofía.
Asimismo, entre los préstamos del arte íbero figuran 41 piezas del Museo Arqueológico Nacional o las procedentes de los museos de Jaén, Albacete, Elche, Valencia, Córdoba, Teruel o Alicante, entre otros. La muestra ha sido producida en colaboración con la pinacoteca parisina y su responsable ha subrayado que esta cita en Cantabria les «empuja a seguir adelante» en el «diálogo» con el artista español. Y es que esta la exposición pretende «estudiar las riquezas de ese diálogo fértil» que va desde el período íbero, a través de los desarrollos determinantes que llevaron a Picasso de la etapa rosa a ‘Les Demoiselles d’Avignon’, hasta las obras en las que resuenan -formal o conceptualmente- los grandes temas de ese arte primitivo, sus características y prácticas. Picasso se familiarizó con él a principios de 1906 en el Louvre, donde por aquel entonces se exhibía una importante exposición de esculturas y artefactos recientemente excavados. Este descubrimiento marcó un punto de inflexión en su investigación formal y le llevó desde una obra más clásica hasta el salto que representó el cubismo en su trabajo «Hacen falta este tipo de exposiciones para recuperar la magia y un mirada contemporánea sobre la obra de Picasso», ha considerado Le Bon durante su comparecencia, presencial y telemática, ante los medios de comunicación, a los que ha indicado que traer tantas obras a Santander -esculturas de piedra de gran formato, objetos culturales de bronce o cerámica pintada, entre las que destaca una copia de La Dama de Elche- ha resultado «más difícil que nunca» por la pandemia del coronavirus.
Además, es la primera vez que se reúne tal cantidad de piezas arqueológicas para una exposición, que a su juicio son «tres por el precio de una», toda vez que se articula en torno al arte íbero, con diversidad de piezas; Picasso, con creaciones desde su juventud hasta sus últimos años; y la «influencia» del primero sobre el segundo y las «sinergias» entre ambos. El director del museo francés ha enfatizado que en la actualidad pueden verse exposiciones en Estados Unidos o en Corea, pero no en su país, por lo que ha valorado la oportunidad que supone «venir a Cantabria» a conocer la relación entre el arte íbero y el autor malagueño.
Se trata de una aspecto que se muestra por primera vez en el mundo, como ha apuntado la comisaria de la exposición, que ha resaltado por su parte que la cita es resultado de tres años de trabajo e «intensas» colaboraciones. La propuesta ha contado igualmente con la participación de los mayores expertos de arte íbero a nivel internacional, como Hélène Le Meaux, además de Rouillard, además del asesoramiento de Teresa Chapa Brunet, Alicia Rodero Riaza y Rubi Sanz Gamo.
Cécile Godefroy ha resaltado la importancia del papel que jugó el arte íbero en la trayectoria de Picasso, pues su descubrimiento precede a composiciones tribales, y tuvo efecto en destacadas creaciones como ‘Las señoritas de Avignon’. La comisaria se ha pronunciado, a preguntas de los periodistas, sobre la ausencia de este cuadro, que está en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y que «todo el mundo sueña con tener» en una muestra. Pero ha recordado que por ahora no se mueve del MOMA, siendo su último ‘viaje’ el que realizó hace veinte años al Museo Picasso de París.
Aún así, esta obra «tan principal» en la trayectoria del artista español se ve «compensada» con el resto de préstamos que albergará durante los próximos meses el Centro Botín, entre ellas «un buen número» de dibujos preparatorios y cuadernos que dan cuenta de la «aventura» del autor y su obra. De todos modos, la experta ha apuntado que el pintor también se vio influenciado por los impresionistas, a los que «observó cuando llegó a París», o la escultura románica catalana, además de por su propio «camino personal», como muestran autorretratos con los que, representando su cara y su cuerpo, parecía estar «buscando un nuevo lenguaje».
Y en esa búsqueda, el arte íbero, con piezas primitivas que rompían con los cánones clásicos, formó parte del «universo metal» y «laboratorio de formas» de Picasso. Así las cosas, la muestra de Santander se revela como «una experiencia visual muy enriquecedora, que permite divulgar a un mayor número de personas la diversidad y el estilo artístico del pueblo ibero, todo ello a través del mayor conjunto de obras nunca antes expuestas y que, además, dialogan con el trabajo de Picasso».
EXPOSICIÓN
Esta exposición, además de brindar la oportunidad de reflexionar sobre las posibles influencias del arte íbero en la obra de este pintor y sus contemporáneos, también permitirá abordar cómo el descubrimiento de un arte autóctono, contemporáneo del cuestionamiento de distintas formas de academicismo, fomentó la formación de una identidad y un lenguaje artístico excepcionales.
Con ‘Picasso íbero’, el Centro Botín mantiene su apuesta por dar a conocer aspectos menos conocidos del trabajo de un gran maestro del arte moderno, como ya hiciera con Joan Miró o Alexander Calder. La muestra, que puede verse en la segunda planta del edificio, se completa con un catálogo coeditado por la Fundación Botín y La Fábrica, en el que se dan claves del arte íbero y su influencia en Picasso.
VISITA
La exposición consta en primer lugar en una presentación de lo ibero, donde el visitante recorre los senderos de esta antigua civilización, descubriendo su cultura, sus rituales y diferentes tipos y estilos de esculturas y cerámicas policromadas. Una segunda sección está dedicada al ‘iberismo de Picasso’. Abarca de 1906 a 1908, años en los que el artista descubre este arte en el Louvre, viéndose muy influido por las cabezas votivas del Cerro de Los Santos, algo que repercutió formal y conceptualmente en la representación cuerpos y rostros, empezando por sus autorretratos.
En la tercera y última parte, se muestra la colección de exvotos de Picasso y los vínculos -hasta ahora desconocidos- entre los singulares relieves iberos hallados en Osuna con obras del artista posteriores a 1908 y fechadas hasta sus últimos años.