Para Ecologistas en Acción Cantabria (EAC) es «más que dudosa su viabilidad», y añade que «la propuesta de Solvay es contraria a los principios de cercanía y autosuficiencia». EAC cuestiona el «compromiso de futuro» de Solvay con su planta de Barreda al proponer una alternativa «ambiental y socialmente inaceptable», cuya viabilidad además es «más que dudosa» para esta asociación.
«Como ocurriera anteriormente con la caducidad de las celdas de mercurio, este grupo industrial viene arrojando muchas dudas sobre su compromiso de futuro con esta planta; más parece empeñado en alargar la vida útil de unas instalaciones que considera amortizadas que en un verdadero plan de futuro«, ha opinado el colectivo en un comunicado.
En el mismo, explica que el proyecto de caldera de Solvay pretende incinerar 330.000 toneladas al año de residuos urbanos (restos contenedor amarillo y verde), lodos de depuradora y residuos industriales no peligrosos, que conforman un combustible «pobre», por lo que, según EAC, sólo sustituirían aproximadamente un tercio del actual consumo de carbón (unas 100.000 toneladas anuales) para reducir apenas un 12% sus emisiones de GEI hasta el año 2025.
Además, ha indicado que con la puesta en marcha de la incineradora solo se cubriría un tercio de las necesidades energéticas, por lo que seguirían funcionando las térmicas de carbón quemando unas 260.000 toneladas al año. Así, en 2025, Solvay tendría que tener operativa otra alternativa nueva para cerrar definitivamente las dos térmicas de carbón por imperativo legal.
Pero más allá del «parco ahorro en emisiones de GEI», según EAC se produciría un «importante aumento» de emisiones contaminantes, especialmente de compuestos orgánicos persistentes y metales pesados. Además, su dispersión tendría mayor afección local, especialmente en condiciones de inversión térmica, por la altura de la chimenea propuesta, de apenas 40 metros frente a la actual de 140 metros. «Todo ello conforma un significativo riesgo para la salud en un entorno donde la capacidad de carga ambiental está saturada», han advertido los ecologistas.
Además, para EAC es «más que dudosa su viabilidad», pues la caldera requeriría la importación de más de un 95% de residuos de otras comunidades, ya que pretende incinerar el equivalente a todos los residuos urbanos y comerciales de Cantabria antes de su tratamiento, reutilización y reciclaje.
En este sentido, para la asociación ecologistas es «más que dudosa» la posibilidad de abastecimiento de otras autonomías pues «existen más intereses en juego en las mismas».
Por otro lado, la propuesta de Solvay es, en su opinión, contraria a los principios de cercanía y autosuficiencia en el tratamiento de residuos según la Directiva Marco de Residuos.
Asimismo ha advertido que la disponibilidad de residuos se verá «sustancialmente reducida en los próximos años» con los objetivos de reducción, reutilización y reciclaje impuestos dentro del paquete de Economía Circular.
Por todo ello, para Ecologistas en Acción, la transición de Solvay «debe priorizar la optimización energética» pues «solo el aprovechamiento de la mitad de energía que disipa en las torres de refrigeración y por medio del emisario de Usgo supondría un ahorro de emisiones de GEI superior al proyecto actual».
«Posiblemente habría que aceptar una central de cogeneración de gas de alta eficiencia como alternativa al carbón (la propia Solvay lo barajaba). Pero también puede ser factible complementarlo parcialmente con una planta de biogás en las propias instalaciones o en sus proximidades, estableciendo sinergias y optimizando costes, en lo que además se justificaría una colaboración público privada. Todas estas medidas en conjunto pueden suponer una reducción de emisiones de GEI, al menos, del 75%», ha señalado EAC.