El Gobierno de Cantabria ha establecido en 34 los lobos que podrán abatirse en esta comunidad autónoma durante la temporada 2019-2020, que comienza el jueves, 1 de agosto, y finaliza el 31 de julio de 2020.
El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) publica este miércoles 31 de julio la resolución por la que se aprueba el cupo de extracción de ejemplares de lobo que podrán ser objeto de actuaciones de control poblacional durante la temporada 2019-2020, en aplicación del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria aprobado el pasado mes de abril.
La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha fijado una tasa de extracción del 20%, lo que supone que podrán abatirse 34 de los 171 ejemplares que existen actualmente en la región, ya sea mediante la actividad cinegética ordinaria durante las batidas de jabalí, o mediante actuaciones realizadas por el personal de la Dirección General de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático.
En concreto, del cupo de extracción aprobado por el Gobierno para los próximos 12 meses (34 ejemplares), 28 podrán cazarse durante las batidas de jabalí que se desarrollen durante la temporada cinegética ordinaria, tanto en la Reserva Regional de Caza Saja como en los cotos de caza que se indican en la resolución. En dichas batidas se permitirá abatir un ejemplar de lobo en cada una de ellas hasta que se alcance el cupo autorizado para cada grupo de lotes de la Reserva Regional o de cotos.
La resolución detalla en un anexo la distribución geográfica de las capturas de ejemplares dentro de la actividad cinegética ordinaria.
En los lotes de la Reserva del Saja incluidos total o parcialmente en el Parque Nacional de los Picos de Europa, computarán para el número máximo de ejemplares autorizados aquellos que pudieran ser abatidos dentro de los municipios de Asturias y León limítrofes con dichos lotes.
Una vez alcanzado el número máximo de ejemplares autorizados para cada grupo de lotes o cotos, la posibilidad de abatir ejemplares de lobo requerirá autorización específica
y motivada de la Dirección General, según lo dispuesto en la orden por la que se aprueba el Plan de Gestión del Lobo en Cantabria.
La resolución fundamenta la autorización de caza en la evolución poblacional de la especie, «que requiere de medidas de gestión de sus poblaciones, teniendo en cuenta la evolución de los daños a la ganadería en Cantabria», y considerando la movilidad de los grupos familiares de lobos, según el informe técnico del Servicio de Conservación de la Naturaleza.
La resolución podrá consultarse, junto con el informe técnico en el que se basa, en el enlace www.cantabria.es/medio-ambiente.
Contra la resolución, que no agota la vía administrativa, se puede interponer recurso de alzada ante el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, en el plazo de un mes a contar desde el jueves 1 de agosto.
INCREMENTO «NOTABLE» DE LA POBLACIÓN
En un comunicado, el Gobierno ha explicado que esta medida responde al «incremento notable» de la población de esta especie en los últimos años en los que la extracción por caza se ha mantenido y se han incrementado los daños ocasionados por el lobo a la ganadería.
También, por la presencia cada vez mayor de ejemplares y grupos familiares incluidos en las zonas 2 y 3 del Plan de Gestión, zonas no adecuadas para su supervivencia y que se caracterizan por la ausencia prácticamente total de ganadería extensiva, escasas presas silvestres y un alto grado de humanización del medio.
Según el Servicio de Conservación de la Naturaleza, se determina la presencia probable de 23 manadas en toda Cantabria, de las cuales se consideran seguras 19, y ocho de ellas son compartidas con provincias limítrofes (dos con Asturias, una con León, tres con Palencia y dos con Burgos) y un tamaño de población estimado de 171 ejemplares. Unas cifras que suponen un incremento significativo respecto al último censo de la especie realizado por el Gobierno regional en 2015 y que establecía la presencia de 15 manadas.