La consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, ha destacado el extraordinario comportamiento que durante la pandemia de la covid-19 han tenido los residentes del CAD de Meruelo y sus familias, así como la Dirección y los trabajadores, que han sido «un ejemplo de colaboración, generosidad y solidaridad», al facilitar la transformación de la residencia en un ‘centro covid’ donde ancianos positivos de otros centros, que no requerían hospitalización, pasaron la cuarentena durante el estado de alarma.
La consejera ha hecho estas declaraciones en el transcurso de su visita al CAD «ejemplo de colaboración público privada en la lucha contra la pandemia», con motivo del retorno de los residentes que no dudaron en trasladarse voluntariamente a otros centros para que el Gobierno pudiera destinar las instalaciones a positivos covid, «lo que nos ha permitido salvar muchas vidas y hacer frente a la enfermedad con más y mejores medios».
Ana Belén Álvarez ha extendido su agradecimiento a la empresa propietaria del CAD de Meruelo, Grupo de Calidad en Dependencia y a los 23 empleados que decidieron trabajar a sabiendas de que era un ‘centro covid’ y que corrían el riesgo de contagiarse; «cuya actitud ha ido mucho más allá del cumplimiento del deber» ya que muchos de ellos permanecieron voluntariamente aislados, lejos de sus familiares durante la pandemia, para limitar el riesgo de contagio (ninguno de ellos ha enfermado en este tiempo).
La consejera ha destacado el importante papel del personal de las residencias, que durante esta pandemia se han volcado no solo en prestar la atención y el cuidado a las personas dependientes, sino también «en tratar de suplir el afecto emocional del que lamentablemente se han visto privadas» debido al blindaje de estos centros.
Ha tenido un recuerdo «para todos los mayores que el covid-19 ha arrancado de nuestro lado, vidas y trayectorias personales que se han visto truncadas y cuya ausencia deja un vacío en sus allegados imposible de llenar».
La consejera de Empleo y Políticas Sociales ha estado acompañada en su visita por la directora general del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), María Antonia Mora, así como la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Meruelo Marta Ruiz y el concejal Feliciano Acebo, además del gerente del grupo propietario del CAD, Rubén Otero.
El CAD de San Miguel de Meruelo
El Gobierno de Cantabria y la empresa Grupo de Calidad en Dependencia alcanzaron un acuerdo en marzo para que la residencia de Meruelo quedara habilitada como centro donde pasaran la cuarentena personas dependientes de otros centros residenciales que hubieran dado positivo en las pruebas de COVID-19 y que no necesitaran hospitalización.
El día 24 de marzo se trasladó (con la ayuda de la empresa Anfersa) a 23 residentes desde el CAD San Miguel a 3 residencias del grupo situadas en Mataporquera, Puente Arce y Soto de la Marina.
Durante estos más de 3 meses, 2 residentes han fallecido (no COVID), 3 personas han solicitado traslado a otras residencias, 1 persona que tenía plaza privada ha pasado a concertada adjudicándosele plaza en otra residencia y 1 persona que se encontraba hospitalizada en el momento del traslado, optó por irse a casa y renunció a la plaza. Finalmente 16 han sido los residentes que han regresado al CAD de San Miguel.
Por lo que respecta a los enfermos covid-19, los traslados se iniciaron a partir del 4 de abril y sumaron un total de 39 procedentes de 11 residencias. Con ellos se facilitó la redistribución de los espacios en el resto de centros, «reforzando las medidas de aislamiento de mayores con diagnóstico confirmado positivo, del resto de residentes».
Aquí recibieron «la mejor atención posible», atendidos por una plantilla de 23 personas: 16 gerocultoras, 3 personas de limpieza, 2 de cocina, 1 de mantenimiento y 1 en dirección. Con excepción de una gerocultora que empezó y renunció a los 6 días (sustituida el mismo día de su renuncia), el equipo se ha mantenido ‘al pie del cañón’ durante los 3 meses que ha funcionado como ‘centro covid’. Ninguno de los trabajadores ha enfermado.
Los 39 residentes desplazados han ido regresando a sus centros de origen una vez que han recibido el alta, salvo 5 que no pudieron superar la enfermedad y fallecieron en el hospital de Laredo.
El tiempo medio de estancia de los residentes en el CAD San Miguel ha sido de 18 días (la estancia más larga fue de 31 días). El 40% de los residentes hubo de ser derivado al hospital en algún momento.
La edad media de las personas que han pasado por CAD San Miguel en esos 3 meses fue de 83 años (48 la más joven, 103 la mayor). El 82% eran mujeres y el 18% hombres.