25/11/2024

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ARCA pide un plan económico para Cantabria a 50 años

La asociación ecologista ARCA ha llamado a la sociedad y a las fuerzas económicas y políticas de Cantabria a elaborar y consensuar «una estructura económica diversa, estable y sostenible, para un periodo largo de tiempo, no inferior a 50 años, que garantice la orientación y estabilidad de sus líneas estratégicas independientemente de quien gobierne».

Para ello, considera que se debe hacer «un ejercicio de planificación y consenso regional» que incluya a la sociedad y que vaya más allá de los partidos políticos, empresarios y sindicatos.

ARCA critica que la «práctica habitual» de los distintos gobiernos en los últimos 20 años ha sido «la improvisación, las ocurrencias precipitadas, los bandazos y cambios de orientación con apuestas contradictorias a no más de dos años vista, hechas para salir del paso e ir tirando, sin que se perciba un proyecto con objetivos claros, coherente y con visión a largo plazo e intención de perdurar en el tiempo».

Añade que el modelo de construcción, servicios y obras públicas «tan utilizado» en Cantabria, es «insostenible económica y ambientalmente, porque además de degradar el entorno y agotar el recurso, resulta sumamente frágil y vulnerable al depender fuertemente de ciclos y coyunturas externas».

ARCA defiende que el modelo económico de Cantabria «debe asentarse en preservar y potenciar sus singularidades territoriales armonizando usos diversos pero compatibles, en lugar de apostar por usos incompatibles y contradictorios, para continuar indefinidamente instalados en la inercia de seguir repitiendo un modelo que ha demostrado suficientemente su fracaso, como es el basado en la construcción y las obras públicas».

«EL SUELO RURAL NO ES PARA CONSTRUIR»

El colectivo ecologista reitera que «el suelo rural no es para construir» y llama a potenciar el sector agrícola en los suelos de alta productividad de la franja costera y las vegas interiores para cultivos de verduras, hortalizas, frutas diversas y plantaciones forestales de especies autóctonas maderables, en lugar de acabar con el valioso y limitado recurso del suelo productivo, construyendo urbanizaciones y viviendas en ellos.

A la vez, critica que una región de montaña como Cantabria, todavía no tenga un plan forestal, e insta a superar los monocultivos de pino y eucalipto, así como a potenciar la industria agroalimentaria.

En materia industrial, cree que se debe poner fin a la ocupación de suelo rústico con polígonos industriales dispersos y mayoritariamente vacíos o infrautilizados, concentrando y mancomunando la ubicación de los mismos en zonas con suelos ya degradados en el entorno de los núcleos habitados.

Asimismo, considera debe de superarse el concepto de los «centros logísticos» que «no son -dice- más que meras naves de almacenaje de paquetería que las comunidades vecinas rechazan«, y que requieren la ocupación de extensas superficies de suelo con el consiguiente impacto territorial, para un tipo de actividad «de escaso o nulo nivel tecnológico o de innovación». «Cantabria debe aspirar a algo más que a reducir su actividad industrial a almacenar mercancías», subraya.

Sobre el sector turístico, subraya que el paisaje y la cultura son los principales valores de la potencialidad turística del Cantabria, y considera que «mantener la calidad de ambos es garantizar la rentabilidad de la actividad turística».

ARCA entiende que «el desorden territorial va contra la calidad, y por tanto contra el reclamo esencial del turismo«, y reivindica la aprobación de un Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT), que «garantice la preservación de estos valores con visión y responsabilidad regional, independientemente de quien gobierne».

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