La Sociedad Cántabra de Escritores (SCE) ha organizado una serie de actividades culturales sobre Juan de Santander, el grumete que acompañó a Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano, que se desarrollarán a lo largo de todo el año y comenzará mañana.
Así lo ha anunciado el presidente de la SCE, Isidro Cicero, quien ha explicado que esta iniciativa se pone en marcha con motivo del quinto centenario de la primera circunnavegación del mundo llevada a cabo entre 1519 y 1523 por la expedición capitaneada sucesivamente por Magallanes y Elcano.
Aparte de su trascendencia histórica, los dos motivos que llevan a la SCE a señalar expresamente esta hazaña son que en ella participó, en calidad de grumete, un joven cántabro, probablemente de entre trece y dieciséis años, llamado Juan de Santander, natural de Cueto, y que la peripecia de Magallanes y Elcano tuvo un reflejo literario muy importante a través del género de la crónica, antecedente del género periodístico de este nombre, a través de figuras tan importantes como Antonio Pigaffeta.
La programación de un ciclo de conferencias será una de estas actividades, que está previsto se recojan en un libro recopilatorio.
El concurso anual de relatos breves que convoca la SCE tendrá este año como tema la figura del legendario grumete santanderino, que consiguió sobrevivir a una aventura considerada como una de las mayores hazañas de la humanidad, solo comparable a los viajes espaciales.
El ciclo de conferencias se inicia esta martes 18 a las 19.30 horas en el salón de actos del Centro Gallego de Santander a cargo del historiador, escritor y crítico de arte, Antonio Martínez Cerezo, quien disertará sobre ‘El grumete circular de Cueto, Juan de Santander’.
El interés de Martínez Cerezo por la figura del grumete de Cueto arranca de sus trabajos histórico-literarios que alimentan su serie de artículos semanales en el Diario Montañés bajo el título genérico de ‘Cantabria insólita’.
A Martínez Cerezo le llamó la atención la peripecia inicial de un muchacho de entre trece y dieciséis, la edad que solían tener los grumetes, que se desplazó 800 kilómetros hasta Sevilla y que allí se alistó en un proyecto de tanta incertidumbre.
La Sociedad Cántabra de Escritores quiere aprovechar la celebración del quinto centenario de aquella gesta para resaltar los «valores humanos tan destacados como el esfuerzo heroico, el espíritu de superación y supervivencia al límite de las fuerzas».
Para Isidro Cicero, «la gesta en la que participó un joven de Cueto hace quinientos años es representativa de lo que el hombre es capaz para vencer las mayores dificultades, imaginar mundos nuevos y buscar soluciones arriesgadas aparentemente por encima de los límites de la propia naturaleza».
Cantabria, Santander y Cueto participaron en aquella epopeya a través de varios de sus hombres que perecieron en el empeño y de los que solo regresó con vida Juan de Santander.
«Aunque haya participado en la primera vuelta al mundo desde uno de los puestos menos relevantes y más humildes de la expedición, el de grumete, es un héroe a recordar y admirar», ha destacado Cicero.
Martínez Cerezo piensa que el joven Juan de Santander tuvo que ser una persona fuerte, de gran resistencia física y psicológica, porque de lo contrario no hubiera sobrevivido a las penalidades que costaron la vida a unos 230 de los aproximadamente 250 hombres y casi niños que salieron de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519 a bordo de cinco navíos.
«La heroicidad de los protagonistas, el trabajo literario de Antonio de Pigafetta, precursor del género de la crónica, y, sobre todo, el hecho de que uno de los supervivientes fuera un joven cántabro son motivos suficientes para que la SCE haga un esfuerzo intelectual y cultural que analice las diversas facetas de aquel acontecimiento y sirva para ponerlo en valor al nivel que merece», ha subrayado Cicero.
Imagen de archivo del reconocimiento a Juan de Santander en Cueto.