La ahora llamada Unión Europea es sin duda la mayor operación política del mundo contemporáneo, desde el inicial acuerdo de los seis la UE se convirtió durante años en un espacio de libertad , democracia, respeto a los DD.HH y bienestar económico por medio de la libre iniciativa económico / empresarial, la que es tributaria de la libertad garantizada por el orden espontáneo en la asignación eficiente de sus recursos y que produce un volumen económico mundial muy superior al que su población y territorio suponen.
Esta Unión que con el 7% de la población mundial es capaz de producir el 22% del PIB total y dedicar a sanidad pensiones y atenciones sociales prácticamente el cincuenta por ciento del gasto mundial en la materia, es objeto de deseo de todos aquellos que pretenden mejorar su estatus económico personal.
La UE que no ha sabido dotarse de una política de población propia ni, sobre la inmigración, se encuentra pagando las consecuencias de tanto buenísmo como de la cobardía política sobre una materia que genera tensiones sociales, acumula en su seno una pléyade de minorías extractivas que debilitan su posición consumiendo recursos intelectuales en materias gamberras que insensatamente son continuamente promocionadas por Euronews, una televisión que parece dirigida por el Jefe de Prensa de Putin.
De todas formas con independencia de los adalides de causas que parasitan las instituciones de la UE en busca de subvenciones, hay dos asuntos de importancia real : De una parte están los partidarios del decrecimiento y de otra los aguerridos defensores de la tumoral Agenda 2030, que conocedores de la propensión que existe en las Instituciones comunitarias para pegarse un tiro en los isquiotibiales poniendo normas y limitaciones en un territorio que es la mitad que USA, poniendo obligaciones a sus productos agrícolas que no impone al Norte de África o las sandias chinas, instalados en la estupidez de un movimiento que tiene su razón de ser en atacar al capitalismo que según ellos se fundamenta en consumir y agotar los recursos, cuando la verdad es, que el capitalismo se basa en el ahorro para poder invertir luego y utilizar en marcos de competencia la producción de bienes materiales con la más eficiente utilización de las materias primas y los recursos naturales, no como en el caso de la Unión Soviética, que consumía el triple de energía que la UE para producir el mismo volumen de PIB.
Nos encontramos en estos momentos con el ecologismo radical haciendo pinza con los apóstoles del decrecimiento y la «ciudad de 15 minutos», cuestiones estas profundamente ideológicas que tiene como objetivo el control de la población que comienza por limitar un derecho básico como es desplazarse al libre albedrío.
Estas son cuestiones de actualidad a las que se ha llegado no respondiendo a lo que debería haber sido una evolución racional y democrática, cuando la realidad es que el descontento se está instalando, Finlandia ha tenido en sus elecciones muy presente el debate sobre abandonar la Unión, el partido de los Demócratas Suecos quiere recuperar competencias y restar poder a Bruselas, mientras que en Italia, Francia, Alemania y Polonia se cuestionan muchas actuaciones de la UE, sin que los aparatichs bruselenses se dan por aludidos mientras siguen adelante con sus leyes cada vez más idiotas.
Se ha construido un aparato burocrático monstruoso, consumidor excesivo de recursos, ineficaz en su funcionamiento y aposentamiento de aparatichs, que adolece en su conjunto de controles democráticos reales impidiendo llegar hasta el final en los casos recientes de corrupción que una vez conocidos no han llegado a depurar responsabilidades, tanto políticas, como patrimoniales o penales.
La Unión ya no es el centro del universo, los países de la región asiática y del Pacífico en base al esfuerzo están mejorando todos sus indicadores socio económicos y se imponen a la vieja Europa que declina en buena medida por las políticas autodestructivas que en materia medioambiental, energética, poblacional y migratoria se ha impuesto ella misma, es un buenísmo idiota difícil de comprender, es desalentador observar como todos los que quieren acabar con la UE en lo que representa de libertad, potencia económica, cultural o modo de vida, no tienen respuesta de una organización que parece empeñada en desaparecer, enfrascada en sus estériles debates y decisiones suicidas.
Esto es lo que hay en el seno de la UE por mucho que a las castas sacerdotales que la pastorean no les gusta que se planteen ni que se discuta sobre la deriva institucional ni la cuesta abajo de esta Unión en donde la presión democrática de los europeos es ignota, con lo cual los políticos tienen su gran regalo, no son cuestionados, no son controlados. Pero bueno, ya sabemos que leer el marca es más divertido que leer a Ludwig Von Mises.
Autor: Alfonso del Amo-Benaite. Consultor de Mercados & Marketing.