En el Puente de la Constitución de 2022 un grupo de agentes de la Guardia de Civil de Tráfico de Cantabria, asentados en la Comandancia de Campogiro, decide salir de fiesta para celebrar una despedida a título privado. Estamos en septiembre de 2023 y aún el coronel jefe de la 13ª zona, Antonio Orantos, responsable del cuerpo de la Benemérita en Cantabria, no ha ni esclarecido ni investigado ni, por supuesto, depurado responsabilidades si las hubiera, sobre el agente de la Guardia Civil que parece ser que mostró su carné de pertenencia al cuerpo para que le devolviesen el dinero que supuestamente entregó a una mujer, para que, quizás, le lograra hacer feliz.
Estos hechos que han sido publicados y denunciados hasta la saciedad, quiere hacerlos pasar por alto el coronel Orantos sin saber por qué. Desde el mes de diciembre de 2022 el propio responsable del cuerpo lo sabe y no ha abierto ningún tipo de investigación, lo cual supone un dejación de funciones u omisión de persecución de un delito. Tal y como marca la ley, aquella persona que no intervenga de forma inmediata para impedir la comisión de un delito que ponga en riesgo a otras personas, sin que su intervención implicara un riesgo para sí mismo, estará incurriendo en el delito de omisión del deber de perseguir delitos o de promover su persecución.
¿QUÉ PASÓ, CORONEL ORANTOS, AQUELLA NOCHE DE AUTOS EN EL CLUB DE ALTERNE NEW BORGIA CON UN AGENTE QUE PUDO HACER VALER SU CONDICIÓN DE GUARDIA CIVIL PARA QUE LE DEVOLVIERAN UN DINERO?
Recientemente ha llegado un anónimo que circula en las redacciones de los distintos medios de comunicación, en la comandancia de la Guardia Civil de Cantabria e incluso hasta la dirección general de la Guardia Civil en la capital de España. En el mismo los hechos detallados coinciden con lo publicado por los medios y coincide con la versión personal de algunos agentes que a título privado comentan los hechos. El anónimo lo detalle de la siguiente forma:
«Los hechos ocurren por la tarde de ese fin de semana del puente de la constitución , no busquéis a altas horas de la madrugada, para ser más concretos en horario de una sobremesa que se alarga (18:00/20:00 ) , algunos guardias civiles que acuden al local son conocidos por los allí presentes, no pueden disimular que son guardias civiles, algunos ya veteranos han pasado a un equipo de investigación de tráfico, según se comenta, estaban alegres ( de celebración), tomando unas copas en el puti hasta ahí todo normal , se les acercan unas chicas lo normal en esos sitios y dos de ellos deciden ir detrás de las chicas a la planta de arriba donde están las habitaciones, al rato uno de estos dos agentes, alterado y con un gran enfadado exige a la madame la devolución del dinero de los servicios prestados, enseñando el carnet de guardia civil. Todo ello pasa en el pasillo de la entrada a las habitaciones, ante la mirada atónita de clientes que lo presencian. La madame ante la exigencia tiene que llamar al encargado para la autorización de la devolución del dinero, quien me imagino que, para evitar problemas, o quien sabe algo más, cede ante la amenaza, eso sí con el orgullo que le puede quedar a la Madame ante esta situación niega la devolución del dinero de las sábanas usadas (20 euros), procediendo a abonar el importe de 50 euros al guardia civil».
Es un extracto del anónimo y como tal anónimo hay que darle la credibilidad de anónimo. Es el coronel Antonio Orantos quien debe investigar qué sucedió aquella noche en el club de alterne. Es más, la asociación profesional Justicia Guardia Civil (Jucil), que desde 2021 es la organización mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil, el día 1 de septiembre envió una carta al director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, al propio coronel Antonio Orantos y a varios cargos más del cuerpo exigiendo que investigue y que localicen a los autores de aquellos hechos, así como esclarecerlos.
Por último, esta redacción tiene constancia de que la mayoría de los agentes de la benemérita que prestan sus servicios en la Comandancia de Campogiro de Cantabria, parecen tener localizado al agente en cuestión, siendo el sentir generalizado que el coronel Antonio Orantos investigue o que diga por qué no investiga.