La psiquiatra del Hospital Marqués de Valdecilla, Laura Cayón, aborda en la semana del Día Mundial del Trastorno Bipolar la realidad de una patología grave que se puede confundir con otras con sintomatología parecida.
La doctora Laura Cayón de la Hoz estudió Medicina en la Universidad de Cantabria (2012-2018) y, tras el examen MIR, eligió la especialidad de Psiquiatría en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. En la actualidad, es médico residente de cuarto año y trabaja rotando en la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del hospital, además de realizar guardias en el Servicio de Urgencias.
Esta semana celebramos el Día Mundial del Trastorno Bipolar, una patología mental que ha registrado repuntes en los últimos años, ¿también ha aumentado su prevalencia en Valdecilla? El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave y discapacitante que afecta en torno a un 1,2% de la población. El aumento en la prevalencia de este trastorno se ha notado en todos los hospitales y puede deberse a que es una enfermedad infradiagnosticada ya que es fácil de confundir con otras entidades, como el trastorno de personalidad, el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o la depresión unipolar.
Entonces, ¿cree que el aumento de esta patología se debe a que se diagnostica con más acierto? Sí, creo que el aumento en el número de casos puede deberse al mejor sistema diagnóstico, siendo más conscientes y exhaustivos a la hora de realizar la entrevista psicopatológica; preguntar directamente por períodos en los que el paciente haya podido estar más contento de lo normal. También el aumento en el uso de antidepresivos puede derivar en virajes maniacos que pongan de manifiesto el trastorno bipolar.
¿Cuál es el perfil habitual de los pacientes con esta patología? No hay un perfil muy definido por cuestión de género o edad. Los pacientes que acuden a Urgencias por descompensaciones afectivas suelen venir por episodios maniacos caracterizados por un aumento de su actividad, por estar muy sonrientes, con una excesiva jovialidad, pensamiento acelerado, elevada autoestima y megalomanía, o por una disminución de sus necesidades de sueño, así como por conductas de prodigalidad.
Y ¿se puede confundir con otras enfermedades mentales como la depresión? ¿en qué se diferencian? Siempre debemos descartar una causa orgánica, como consumo de sustancias (estimulantes), como posible responsable del cuadro. Se estima que hay un retraso en el diagnóstico de unos 10 años porque es frecuente que los pacientes sean diagnosticados previamente de trastornos de personalidad, trastorno depresivo unipolar, TDAH o abuso de sustancias. Es frecuente que las fases de manía e hipomanía pasen desapercibidas y el paciente no consulte por ellas por esa sensación de bienestar absoluto, suelen decir “estoy mejor que nunca”.
¿Hay componentes genéticos en el desarrollo de esta enfermedad mental? Los factores genéticos desempeñan un papel esencial en la etiopatogenia del trastorno, siendo la concordancia en gemelos univitelinos del 62%.
Y con respecto a los tratamientos ¿es fácil de abordar? Existen dos fases fundamentales en el tratamiento: la fase aguda (maníaca, hipomaníaca, depresiva) y la fase de mantenimiento. Sin embargo, nunca debe desvincularse el tratamiento agudo del de continuación ya que se trata de un proceso longitudinal. El tratamiento es fundamentalmente farmacológico; con eutimizantes y antipsicóticos. Pero también es de gran importancia el abordaje psicoterapéutico, la psicoeducación, los grupos de pacientes y la terapia familiar.
Para terminar, Valdecilla es un hospital líder en algunas especialidades, ¿también lo es en el tratamiento de las enfermedades mentales? Sí, Valdecilla es puntero en el tratamiento de enfermedades mentales, contando con programas específicos punteros como son el de intervención temprana en primeros episodios de psicosis, detección precoz y tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria y depresión difícil de tratar.
Fuente: Colegio de Médicos de Cantabria.