Quedan 14 presos de Euskadi Ta Askatasuna (ETA) fuera de las cárceles de los denominados ‘territorios históricos de Euskal Herria’ en España, léase, Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Navarra. Han sido tres los últimos acercamientos a las cárceles vascas. Íñigo Guridi y Asier Badiola están ya en la institución penitenciaria de Martutene (San Sebastián). Por su parte Íñigo Zapirain está en la cárcel de Zaballa. Según ha informado la Asociación de familiares y allegados de presas y presos, exiliados y deportados, Etxerat. Guridi estaba en la cárcel leonesa de Villahierro donde ingresó en 2001 por una condena de 30 años en privación de libertad por tres asesinatos: el del periodista José Luis López de Lacalle y de los guardias civiles Irene Fernández y José Ángel Jesús Encinas en 2002 en Sallent de Gallego. Asier Badiola está condenado a 50 años de cárcel y fue trasladado desde Valencia hasta El Dueso en Santoña (Cantabria). Desde la cárcel cántabra ha sido trasladado Íñigo Zapirain, uno de los autores del atentado de Santoña, y que causó la muerte del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz en septiembre de 2008 y también acabó con la vida del policía nacional Eduardo Antonio Puelles García, en Arrigorriaga (Vizcaya) en 2009. Con estos traslados quedan 14 presos para cerrar el círculo y que cumplan condena en territorio vasco y navarro.
ETA: 853 ASESINATOS
El 31 de julio de 1959, un grupo de estudiantes que formaban parte del colectivo EKIN, un grupo de radicales disidentes de la dictadura funda Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad). En los primeros años, la banda se dedica a colocar pequeños artefactos y hacer pintadas de «Gora Euskadi» (Viva Euskadi). En 1968 ETA lleva a cabo su primer asesinato. La víctima : José Pardines, un joven Guardia Civil gallego que estaba destinado en el País Vaco es asesinado por la banda terrorista el 7 de junio. Ese día, como consecuencia de un tiroteo, el líder de la banda, Txabi Etxebarrieta, también muere. El balance de la actividad terrorista es estremecedor: 853 asesinatos, 2.632 heridos, más de 7.000 víctimas, 86 secuestrados y un número desconocido de amenazados, exiliados y damnificados económicamente. Los terroristas asesinaron en este tiempo a 206 guardias civiles, 149 policías nacionales, 86 militares, 32 políticos, sobre todo militantes de PP y PSOE, 24 policías municipales, 13 ertzainas, 10 profesionales de la administración de justicia y un mosso de esquadra.