El Palacio de Festivales de Cantabria ha programado la semana que viene dos propuestas teatrales, una de ellas dentro del ciclo denominado como los ‘Miércoles íntimos’, y un concierto de música clásica. La primera cita viene de la mano de la compañía cántabra Escena Miriñaque, que representará el miércoles 23 de noviembre, a partir de las 19.30 horas y en la sala Pereda, la obra ‘Crónicas de días enteros, de noches enteras’.
Ya el viernes y el sábado, por tanto, en doble función, será el turno de ‘Entre copas’, basada en la novela ‘Sideways’ de Rex Pickett, que ha sido adaptada por José Antonio Vitoria y Garbi Losada, quien también se encarga de su dirección. Además, el domingo la sala Argenta recibirá a la Berliner Barock Solisten, con Pablo Sáinz-Villegas a la guitarra y Roberto González-Monjas al violín y a la dirección, que interpretará un programa compuestos por piezas de compositores como Antonio Vivaldi o Wolfgang Amadeus Mozart.
Miércoles 23 de noviembre. Sala Pereda. 19:30 h
Miércoles íntimos | Teatro / Escena Miriñaque
‘Crónicas de días enteros y noches enteras’ de Xavier Durringer
Creación y dirección Blanca Del Barrio / Con Yolanda González, Iria Angulo, Nacho Haya y Antonio Fernández
Ayudante de dirección: Noelia Fernández / Diseño escenográfico: Javier Torrado
Diseño de iluminación: Ángela Sáez / Realización de escenografía: Eduardo Cando
Ayudante de escenografía: Pedro Velategui / Realización de iluminación: Pablo Turanzas
Espacio sonoro: Juan Senach / Diseño gráfico: Cristian Ruiz
Producción ejecutiva: Esther Velategui, Noelia Fernández / Administración y gestión: Sonia Velo
Fotografía: Mateo Pérez Fraile / Duración: 70 min. Sin desanso
‘Crónicas de la violencia de días enteros, de noches enteras’ no es una historia, no es una obra. Son retazos de textos, pequeños recortes cotidianos, voces violentas, breves monólogos, pensamientos brutales, instantáneas de la condición humana, comienzos de algo, fragmentos. Crónicas que podrían ser banales, las escuchamos en la calle, en la queja de la gente. Suceden detrás de la pared en casa de tu vecino. Las vemos en las aceras sin darles importancia y aunque fueran relevantes, son tan fugaces que no hacen historia. Y las que consiguen ser reflejadas en algún medio, son contabilizadas y pasan al olvido en pocas horas. Otras son solo importantes para quien las vive y para nadie más. Es un material para armar confrontaciones, para dar voz a personajes sin nombre. Para que las hablen, para que estalle contra las paredes, sin flores, sin maquillaje. Historias de amor y desamor, de dinero, cosas clásicas. En fin, cosas de la vida cotidiana que están aquí concentradas. En la violencia de días enteros, de noches enteras.
Cuando descubrí ‘Crónicas de días enteros, de noches enteras’ inmediatamente me entusiasmé por la fuerza vital que emana de la narrativa de Durringer. Su poética es visceral, directa y visual. Fragmentos sin ningún enlace aparente, en los que el autor describe con acertada claridad, la violencia, la incomunicación, la espera y la esperanza. Son crónicas callejeras y domésticas, son sucesos crónicos que los medios de comunicación utilizan y mercadean. No siempre buscan dar información, más bien su objetivo último es producir audiencias de espectadores adictos, adictos y pasivos. Entonces, ¿por qué ocuparnos de ello en el teatro? Porque el teatro es un lugar donde recrear la realidad e intentar comprenderla. Porque frente a la insensibilización que nos provocan los medios de comunicación con sus avalanchas de acontecimientos, frente a la banalización de estos, quiero, por breve que sea la crónica, ensanchar la verdad. En la versión caracterizada de sí mismo. El teatro es espejo de la sociedad, y la nuestra es una sociedad compleja, deshumanizada, descontenta y ahora violenta.
En esta producción haremos un teatro realista, inmediato, directo de lo que está pasando. La idea es contar en forma de crónica una historia, unas historias que nos preocupan y llevar la reflexión al público. Buscamos alianzas estéticas, transversales que van desde el realismo de Edward Hopper a la cruda escritura de Xavier Durringer. Ambos, con sus talentos específicos, relatan en sus obras crónicas de la soledad, la incomunicación y la violencia de días enteros, de noches enteras.