“Un hallazgo de excepcional valor”, ha señalado, que pone de relieve la responsabilidad de las instituciones de Cantabria para proteger, preservar, estudiar y difundir. El vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, Pablo Zuloaga, ha puesto en valor la recuperación de un conjunto de época visigoda en la cueva de La Garma, integrado por dos depósitos sepulcrales y diferentes objetos metálicos que se encuentran en un increíble estado de conservación.
“Un hallazgo de excepcional valor”, ha señalado, que pone de relieve la responsabilidad de las instituciones de Cantabria para proteger, preservar, estudiar y difundir este tesoro patrimonial descubierto, que impulsa la imagen nacional e internacional del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). También ha destacado el trabajo de los investigadores y técnicos para llevar a cabo el descubrimiento de los restos, tomar la decisión de rescatar los mismos, y proceder a su estabilización y posterior estudio.
Unos restos, ha indicado, que una vez finalice su proceso de recuperación y restauración, pasarán a formar parte en el MUPAC de un espacio específico dedicado a la arqueología de época visigoda, constituyendo una de las principales novedades de la nueva exposición permanente del centro. Se trata de un conjunto único en la península ibérica, ha destacado, tanto por el atípico comportamiento funerario que reflejan como por la excepcionalidad de los objetos depositados, que les asocian con individuos de alto rango social.
Zuloaga ha enmarcado este descubrimiento en los estudios de control medioambiental llevados a cabo para la conservación del rico patrimonio de la cueva de La Garma, incluida entre las 10 cuevas que tiene Cantabria en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En concreto, ha personalizado este descubrimiento en Mariano Luis Serna y Juan Cano, al realizar una exploración por este sector de la cueva, tras descender a este nivel para recoger muestras de agua del río subterráneo.
Tras indicar que los restos humanos se localizaron en la galería basal, en el nivel inferior de la cueva de La Garma, atravesado actualmente por la corriente de agua que formo esta cavidad, el vicepresidente ha comentado que se encuentran en un excelente estado de conservación. Al ubicarse en una zona que se inunda periódicamente, ha aclarado que los restos se encontraban algo desordenados y cubiertos de una pátina negra, producida por la precipitación de óxido de manganeso.
También ha puesto en valor el conjunto de objetos asociados a los restos humanos, entre los que ha citado una larga espada de dos filos de unos 85 cm de longitud (spatha), dos ejemplares de espada corta de un filo, parecida un machete (scramasax), un pequeño caldero de bronce (acetre) y un objeto que aún no ha podido ser identificado. Las espadas han conservado la empuñadura de madera, ha precisado, lo que es muy poco frecuente.
La tipología de estos objetos sitúa su datación en la época visigoda, en torno al año 700 d.C., la misma que se corresponde con los esqueletos de la galería inferior.
Actualmente, los materiales recuperados están siendo objeto de un delicado proceso de estabilización y restauración en los laboratorios del MUPAC, para posteriormente llevar a cabo su estudio con una amplia batería de técnicas analíticas, como la datación por carbono 14, isótopos estables del carbono y nitrógeno para reconstruir su dieta, análisis de estroncio para determinar su origen, ADN, metalografía y fluorescencia de rayos X.
Operación arqueológica
El rescate de este conjunto visigodo, realizado el pasado 9 de junio tras su descubrimiento hace un par de años, ha requerido una compleja operación arqueológica, debido a que el conjunto funerario se encontraba en un lugar de muy difícil acceso, al que se llegó tras un recorrido de tres horas y que implicó descender cuatro niveles desde la entrada actual de la cueva, situada 50 metros por encima de esa galería, y avanzar unos 200 metros por el cauce del río.
Para esta actuación, se ha contado con un equipo de arqueólogos, antropólogos, restauradores, fotógrafos e ingenieros, entre los que han figurado los investigadores y técnicos de la Universidad de Cantabria, Luis Teira, Jorge Vallejo, Patricia Fernández Sánchez, José Ángel Hierro, Antonio Higuero, Rodrigo Portero y Carlos García-Noriega; los profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Pedro Saura y Raquel Asiáin; el investigador de la Universidad de Cambridge, Edgard Camarós; las restauradoras Carmen Usúa y Eva María Pereda; y los técnicos de la empresa Gim Geomatics, Vicente Bayarri y Jesús Herrera.
Junto al vicepresidente, en la presentación de este depósito funerario visigodo recuperado en La Garma han participado el director del MUPAC, Roberto Ontañón; y el director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), Pablo Arias, los dos investigadores que en los últimos 25 años han promovido las investigaciones y hallazgos obtenidos en La Garma. También han asistido las directoras generales de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, Zoraida Hijosa; y de Acción Cultural, Gema Agudo.
Ante este nuevo hallazgo, Pablo Arias ha asegurado que “La Garma no deja de sorprendernos”, considerando extraordinario el descubrimiento de estos restos visigodos.
En este sentido se ha pronunciado también Roberto Ontañón, quien ha valorado la importancia de estos restos por el poco conocimiento de la cultura visigoda en Cantabria; por su ubicación dentro de una cueva, lo que contrasta con otros restos encontrados en Europa occidental y en la península ibérica; y por los objetos que acompañan a los restos. Frente al criterio tradicional de mantener los restos arqueológicos in situ, ambos investigadores han considerado el rescate de los mismos como la mejor opción al encontrarse en una zona inundable de la cueva, lo que podría provocar la desorganización de los restos.