Maximino Rodríguez Pérez, un usuario de la Residencia de mayores DomusVi de Liencres, expone desde este, lunes, 14 de marzo, y hasta el próximo viernes, día 18, su obra en la Biblioteca municipal Francisco Llata del Ayuntamiento de Piélagos en la localidad.
La muestra que lleva por título ‘Trazos en el tiempo’ podrá visitarse en el horario de apertura al público de las instalaciones municipales, ubicadas en el edificio de las antiguas escuelas, en el número 14 del Barrio de La Iglesia.
En concreto, de lunes a viernes, en horario de tarde, de 15:30 a 20:00 horas, así como las mañanas de los miércoles y jueves, entre las 9:30 y las 13:15 horas. Esta actividad, organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Piélagos, tiene como finalidad dar a conocer la obra de este artista nonagenario, autodidacta, que ha encontrado en la pintura con plumillas y sepias una forma de expresar una habilidad que ha tenido desde niño.
Coincidiendo con su exposición, Maximino Rodríguez Pérez protagonizará un encuentro intergeneracional con los alumnos y alumnas de 4º de Primaria del Colegio Las Dunas, donde les hablará de su obra, pero también de su propia vida.
Además, sus compañeros y compañeras de la Residencia de mayores de Liencres realizarán una salida hasta la Biblioteca municipal Francisco Llata para visitar la exposición y conocer las instalaciones municipales del Consistorio.
Biografía de un pintor autodidacta
Maximino Rodríguez Pérez nació en Aguilar de Campoo en 1925. Su padre, trabajador en una cantera de explotación familiar y su madre, ama de casa y responsable del campo y de la huerta con la que se alimentaba la familia, le procuraron a él y a sus hermanos no sólo alimentos, sino también cuidados y cariño que le permitieron disfrutar de una infancia feliz, incluso en los peores años de la Guerra Civil española y la posguerra.
Estudió en el Colegio de los Frailes Menesianos en Aguilar, hasta la irrupción de la Guerra Civil, en 1936 y, desde edad muy temprana, destacó por su facilidad para dibujar, pintar y hacer trabajos manuales. Una vez acabada la contienda, empezó a trabajar de aprendiz en una carpintería donde demostró su habilidad para diseñar muebles y hacer planos.
Con 18 años montó su propio negocio, que retomó tras el obligado parón para realizar el servicio militar obligatorio de tres años en aquella época, hasta los 34, momento en el que, después de contraer matrimonio, decidió cambiar de actividad y pasar a formar parte del negocio familiar de su esposa, dedicados el comercio textil, hasta su jubilación.
Tras enviudar, a los 73 años, se trasladó a Santander. En la actualidad, vive en la Residencia de mayores DomusVi de Liencres, donde sigue dedicándose a su gran pasión: la pintura. Autodidacta, ha probado distintas técnicas pictóricas, hasta que, en los 60, descubrió y empezó a pintar con plumillas y sepias convirtiéndose en un pintor hiperralista. Hoy, a sus 96 años, sigue pintando y cultivando su gran pasión.