Irina Yezerska es ucraniana y médico de Urgencias en Valdecilla. Describe su situación tras el ataque de Rusia a su país. La doctora Irina Yezerska nació en Kiev, la capital de Ucrania, estudió Medicina a la Universidad de Navarra, hizo la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria en Santander y se enamoró de esta tierra, razón por la que hoy en día trabaja en el Hospital Uuiversitario Marqués de Valdecilla, en el Servicio de Urgencias. Su trabajo no ha cambiado desde hace años, y en Cantabria ha echado raíces formando una familia, pero su vida no es la misma desde hace unos días por una guerra anacrónica que no entiende y que la mantiene “en shock” desde que estalló. En esta entrevista para el Colegio de Médicos de Cantabria explica con impotencia su situación y pide ayuda para su país.
Eres ucraniana, tu país ha sido bombardeado por Rusia, ¿cómo te sientes? ¿Cómo se puede sentir una persona ante una agresión de ese calibre, en la que atacan la libertad, la democracia y la verdad, en la que están muriendo personas inocentes y se está destruyendo el presente y el futuro de mis compatriotas, e inclusive, puede desaparecer mi país? Me siento impotente, profundamente afectada por lo que está viviendo mi gente. Y a la vez, orgullosa del heroísmo de los ucranianos y de nuestro presidente. Siento una necesidad perentoria de saber cómo está mi familia y de ayudar a Ucrania.
¿Tienes familia en las zonas de conflicto? Sí, tengo familia en Kiev, pero en una lucha de estas características todo el país está afectado, no hay frentes estables; en consecuencia, todos estamos en la zona de conflicto. Por otro lado, en pleno siglo XXI sería de una ignorancia supina pensar que lo que está pasando en Ucrania no nos afecta a todos los habitantes del planeta y, por supuesto, muy especialmente a todos los europeos.
¿Cuáles son tus planes a corto y medio plazo? Desde hace 15 años resido en Cantabria, mis hijos son cántabros y hoy, más que nunca, me siento privilegiada de poder disfrutar de la vida en esta magnífica tierra.
¿Cómo están respondiendo tus compañeros y la sociedad de Cantabria ante esta situación? Están respondiendo con afecto, con solidaridad y con preocupación por todo lo que está ocurriendo. Muchos aportan su granito de arena con material sanitario y productos de primera necesidad, que saldrá de Cantabria rumbo a las fronteras ucranianas. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias se ha volcado ofreciendo su colaboración con las necesidades de asistencia médica urgente derivadas de las consecuencias de la guerra. Sin embargo, todos sabemos que la memoria es muy frágil y se tiende a olvidar lo desagradable.
Ahí tenemos la pandemia de COVID-19 y la rapidez con la que cayó en el olvido el trabajo y el sacrificio de los sanitarios. La gente, los españoles, los europeos, tienen que saber que nadie es libre del todo cuando no lo son los demás; que lo que pasa en Ucrania es la antesala de lo que puede pasar en el resto de Europa. No vale con mirar hacia el otro lado.
Para terminar, dinos, ¿qué necesitáis los ucranianos que estáis aquí, qué podemos hacer para ayudaros? Lo primero, solidaridad activa con las víctimas de la guerra, que puede concretarse a través de las organizaciones internacionales como la Cruz Roja, UNICEF, ACNUR o Naciones Unidas, entre otras. Mucha gente se va a quedar sin nada. Lo que está sucediendo en Ucrania puede pasar en cualquier otro país y en cualquier momento, sólo la fraternidad entre todos puede mitigar el sufrimiento.
Pero sobre todo, que no se olvide mañana ni el conflicto ni el sufrimiento de los ucranianos. Va a pasar mucho tiempo hasta que podamos recuperarnos como ciudadanos y como país. Que no se olvide que hemos sido víctimas de una agresión injusta. Consigamos que los gobiernos de Europa y del mundo hagan imposible esta forma de resolver conflictos territoriales o históricos.