¿Dónde está el amianto en el edificio de calle Isabel II, número 13 de Santander? ¿Por qué no lo saben los propietarios? ¿Por qué las aguas residuales no han sido canalizadas al exterior en los últimos, por lo menos, 20 años? ¿Por qué ningún grupo político del Ayuntamiento de Santander se interesa por las anomalías de este edificio? A día de hoy, septiembre de 2021, ¿es más rentable derribar el edificio y hacer uno nuevo?
Desde que aquél día de junio de 2020 saltase la alarma en el número 13 de Isabel II de Santander, esta obra se parece más a una verbena con ruina económica incluida, que al propósito de enmienda que una de las primeras ciudades de España debiera de afrontar, tratándose además de un edificio casi colindante con la Casa Consistorial.
Desde hace unas horas una unidad de descontaminación, integrada por equipos homologados de filtrado y depuración del aire y agua se encuentra en este edificio céntrico. En la mañana de esta jornada de jueves han estado trabajando en el lugar con los equipos técnicos necesarios. Se supone que este trabajo llevado a cabo por la empresa Palomera consiste en la retirada de amianto para lo cual han colocado una caseta de trabajo de forma permanente (1). Los propietarios, hasta la última de las reuniones celebradas, según tiene conocimento esta redacción, nunca fueron informados de que en el edificio existiese amianto. Sí se informó de que los materiales de los pilares de edificio, así como algunas partes de la estructura contenía un tipo de hormigón que era el que había en España en la época de mediados de los años 40. Incluso que durante la construcción era habitual que desapareciese material por las noches debido a la escasez que había en la España de 1945/46 de hierro y hormigón.
TROLEBUSES DE SANTANDER EN 1951
En una de las reuniones que los propietarios tuvieron con la administradora se personó un familiar de primer arquitecto de la obra, Casanueva, quien de forma muy amena fue explicando los pormenores de la obra. Desde el comienzo hasta la venta de la misma e incluso por qué el Ayuntamiento de Santander fue permitiendo ampliar el número de alturas que en principio era de cinco más una. Este edificio tiene tres alturas más de las permitidas, de las que inicialmente diseñó el arquitecto Casanueva y aprobó el Ayuntamiento de aquél entonces. ¿Por qué el Ayuntamiento de Santander aprobó tres alturas más? En este edificio así como en el resto de otras calles que le rodean, hay varias alturas demás. El municipio de entonces permitía permutar una deuda con el Consistorio de unas 25.000 pesetas. Un empresario podía construir una planta más en un edificio a cambio de 25.000 pesetas con las que el Ayuntamiento compraba trolebuses. Los trolebuses comenzaron a funcionar en Santander el día 17 de julio de 1951. Previamente se había constituido la Empresa Municipal de Transportes. Los trolebuses sustituyeron a los tranvías, a excepción de la línea de Miranda, activa hasta el 15 de noviembre de 1953.
AGUAS RESIDUALES
Este es uno de los motivos por los que el edificio de Isabel II número 13 de Santander ha cedido en su construcción. Y el otro motivo fundamental ha sido el hecho de que las aguas residuales del edificio en su conjunto no han salido del mismo en los últimos 20 años, que se sepa. En estos momentos, desde que se inició la obra en agosto de 2020, es cuando se está trabajando en la línea de que dichas aguas fluyan y conecten con Aqualia para poder sacar las aguas como en el resto de la ciudad.
¿Qué daño han causado al edificio estos dos aspectos, tres alturas demás y las aguas residuales? Esa es una de las preguntas que se formulan los propietarios de Isabel II número 13 de Santander y sobre lo que también trabaja el ingeniero Joaquín Calonge.
16 MESES PERDIENDO DINERO TODOS LOS DÍAS
Los comerciantes del edificio de Isabell II número 13 de Santander, así como los propietarios de las viviendas y de los locales están perdiendo dinero todos los días desde junio de 2020. Están pagando al Ayuntamiento de Santander todos los impuestos municipales pertinentes sin dilación ni retrasos, cuando sus ingresos son nulos y las pérdidas cuantiosas cada día que pasa. Hay propietarios que están pagando la hipoteca bien de la vivienda o bien del local bajo y no saben aún cuándo van a regresar, así trabajadores adyacentes que desconocen su futuro, sí el presente, pero no hay noticias del futuro. De momento a fecha de septiembre de 2021 la cantidad depositada supera los 2.500.000 euros y las previsiones superan los 5 millones de euros. Con la variante del amianto, ¿será más rentable derribar el edificio? Bueno sería que el Ayuntamiento de Santander se plantee entrar de lleno en este problema.
1.- La empresa Palomera en la tarde del viernes 17 ha retirado la caseta de Amianto.
