Un ejemplar único por su tipología y entre los diez mejor conservados del planeta. Son las cualidades que distinguen al astrolabio Viveiro I, hallado recientemente en el pecio del mismo nombre, en la ría viveirense, y que se podrá ver los días 11 y 12 de septiembre en visitas guiadas con aforo limitado.
El hallazgo fue «casual», admite Antón López, arqueólogo de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas), aunque es en realidad el fruto de la cuarta campaña de investigación del patrimonio sumergido en la ría. Los especialistas encontraron este instrumento astronómico para orientarse en alta mar el pasado martes, al sumergirse para realizar un estudio previo del pecio Viveiro I.
El encontrado junto a la Insua de Area es de entre 1575 y 1622, de bronce y con 21 centímetros de circunferencia máxima. La base es de ballesta cóncava y pesa 4,925 kilogramos. Se distingue de los otros 107 conocidos en el mundo porque combina una aliada tipo arpón con el aro de suspensión trilobulado.
Este elemento permitía que el piloto utilizase tres dedos, mientras sujetaba el objeto con la otra mano, y fuese moviendo la ballesta hasta que los dos puntos de la aliada, una aguja, se alineaban con el astro rey. Fue utilizado hasta la llegada del sextante, que posibilitaba además calibrar de forma precisa la longitud a la que se situaba el destino.
Por el momento se desconoce a qué barco pertenecía y también su tipología. Los arqueólogos presentarán un informe para su restauración, aunque su estado es «espectacular» y con una mera limpieza «se verá que está milimetrado», indica López. La intención, añade, es presentar un plan de investigación denominado Ría de Viveiro, que incluya potenciar el estudio de los restos de la fragata Magdalena y del pecio de Area. Neira Brochs elaboró el logo del proyecto.
Tras hallar cinco cañones y un falconete, buscan el barco por su arquitectura naval
Los primeros sondeos en el pecio Viveiro I dejaron también un falconete -una pieza ligera de artillería- y dos tubos de cañón. Los muestreos continuarán la semana que viene con el objetivo de localizar la estructura del barco al que pertenecen los materiales encontrados, para conocer su arquitectura naval. En 2012, Eduardo Losada y Manuela Rivera encontraron dos cañones cuando practicaban apnea, y seis años después aparecieron otros tres.
Fragata Magdalena
El trabajo en la ría se prolongará hasta el día 20, aunque en la segunda semana se centrará en la fragata Magdalena, cuyos restos están en Covas. Los sondeos serán a unos cinco metros del pecio y en la zona de proa, para comprobar si se han dispersado vestigios. Quince arqueólogos participan en la campaña.
ASTROLABIO ÚNICO EN EL MUNDO
Miles de embarcaciones se han guarecido a lo largo de los tiempos en la ría de Viveiro, un abrigo natural que no impidió naufragios como el que a finales de 1810 se cobró unas 800 vidas al irse a pique la fragata Magdalena y el bergantín Palomo, entre otras naves de la Expedición Cántabra. Solo por los restos de esos pecios (los expoliados, los recuperados y los que siguen sumergidos), el estuario viveirense cotiza como yacimiento arqueológico submarino. Que no son los únicos vestigios históricos se confirmó en el 2012, cuando dos aficionados al buceo encontraron por azar dos cañones datados en el siglo XVI. Aunque se apuntó que podrían ser del galeón San Bartolomé, hundido en 1597, sigue sin confirmarse porque no hay rastro de la estructura de ningún navío. Ese estudio acabar dar un giro este martes, cuando un equipo de quince investigadores dirigido por el arqueólogo subacuático Antón López descubrió un astrolabio datado entre 1575 y 1622.
Fuente texto e imagen: lavozdegalicia.es