En el invierno de 2014 a una redacción periodística de poco más de 21 metros cuadrados llega un caballero espigado. De voz contundente, convencida y con una perfecta vocalización se percibe a las primeras de cambio que quien está delante de quien suscribe posee convicción lógica de aquello que expone y además lo hace con energía, sin dejar lugar a la discusión, ni a la duda. En aquel momento, en ese instante mismo se produce una confianza que deriva en amistad profesional y, con el paso de un tiempo corto, en amistad personal, en empatía y en afecto. Víctor Sáinz de la Maza, un hombre creyente en Dios, en el amor, en sus hermanos, en sus hijas y sus nietos, como así le escuché en multiples ocasiones, se nos ha ido.
Este in memoriam trata de plasmar que Víctor era un hombre único. ¿Era particular, era controvertido? Perdónenme, ¿y quién no lo es en su faceta, en su ámbito y a su manera? Siempre con la documentación por delante, uno de los aspectos que más me llamaba la atención era su agenda. Una libreta con números de teléfono escritos unos a lapicero y otros a bolígrafo. Víctor tenía una agenda con información más amplia que un móvil medio de una persona que forme parte de la sociedad de la comunidad autónoma. Desde el presidente de Cantabria, los consejeros o directores generales, hasta el móvil directo del exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Roldán; o el de Juan Miguel Villar Mir… por poner algún ejemplo.
Los paseos por la piscina de Liaño con su arbolado o por la casa azul, y la cantidad de historias relatadas con sentimiento y espíritu no escapan, no se van, ni se irán. Un hombre de respeto, elegante a su manera, dadivoso, desprendido y generoso se podrían escribir páginas enteras y sirva a modo de ejemplo una anécdota en la estación de autobuses de Santander. Un hombre se encuentra sentado contra la pared a la entrada de la estación pidiendo como un mendigo y Víctor le pregunta: «¿qué quieres?», respondiendo el hombre: «20 céntimos para ir a Éibar», a lo que Víctor le pregunta, «¿de dónde eres?», y la respuesta fue «de Bilbao». Víctor Sáinz de la Maza muestra después su personalidad con esta respuesta: «¿Tú crees que uno de Bilbao puede estar pidiendo 20 céntimos? Toma 20 euros, saca el billete para ir a Éibar y ponte a trabajar».
El presente vídeo fue grabado en noviembre de 2019, en un céntrico hotel de Santander. Fue de mañana y con el sonido de los desayunos de fondo. Quizás es un pequeño homenaje a un hombre que fue muy grande para todo su entorno. Parte de la historia del municipio de El Astillero no se entendería sin Víctor. Desde Cantabria Directa enviamos un sentimiento de condolencia a la familia y a todos sus seres más queridos. Gracias por haber cruzado el umbral de aquella puerta y entrar hasta el corazón. DEP.
José Luis