Entrevista publicada en El Periódico de Aragón al atleta Toni Abadía (Zaragoza, 1990), cuya madre nació en Laredo. El atleta anuncia su regreso a la competición en la Media Maratón del Bajo Pas que se disputa el 11 de septiembre y además alberga el Campeonato de España de la distancia. Reproducimos la entrevista a continuación.
Toni Abadía está recuperando la sonrisa. Después de ocho meses sin poder competir, sin saber lo que le ocurría exactamente, el zaragozano ya tiene fecha y lugar de regreso a la competición. El 11 de septiembre tomará parte del Campeonato de España de Medio Maratón que se disputará en Bajo Pas, en Cantabria. «Es lo que he deseado durante ocho meses y más en un año olímpico en el que ver competir a los compañeros ha sido muy duro pero muy bonito a la vez. Sabía que mi guerra era otra, la de intentar volver a estar en un estado óptimo y disfrutar de poder entrenar, de tener salud», explica Abadía.
El atleta del Adidas empieza a ver la luz al final del largo túnel que ha atravesado en este 2020 en el que la ausencia de un diagnóstico claro ha hecho todo mucho más largo y complicado. «Ha sido un diagnóstico muy complicado, de hecho al final tuvimos que recurrir a la vía no orgánica, a un tratamiento psiquiátrico. La verdad es que soy una persona nerviosa pero no me consideraba tan tan tan tan nerviosa y eso a veces te juega unas malas pasadas y hace que tengas alteraciones orgánicas que en mi caso se fueron al estómago. Todavía estoy con medicación pero llevo vida normal, intento mantener siempre esa constancia que tengo para los entrenamientos para la medicación porque hay que tomárselo muy en serio», dice el atleta.
Abadía agradece toda la ayuda recibida y anima a quienes se encuentren en su situación a dar el paso. «Aunque a veces parece que asuste decir estás en tratamiento psiquiátrico, pues para mí ha sido un bote salvavidas. Muchas veces había ido a urgencias y me habían dicho, tienes ansiedad, tranquilo, y el psiquiatra es el primero que me dijo tu gran problema es la ansiedad y, o se trata, o no vas a estar nunca bien. Y es una calidad de vida tan mala que al final te conviertes en tu propio enemigo», apunta.
El impulso
Un proceso que le ha hecho cambiar también como deportista. «Ha sido un fallo de gestión emocional en estos aspectos de la vida y la burbuja se rompe a veces. Hay que poner sentido común, voluntad y con eso creo que se forja un nuevo Toni, un nuevo deportista, con una lección aprendida. Cosas a las que en el día a día no dabas importancia o competiciones que tenías marcadas y a las que llegabas prácticamente lesionado ahora te das cuenta de que la cabeza no entiende de lesiones sino que o estás bien y con ganas o no te obligues porque puede ser contraproducente. Siempre hay que buscar el lado positivo, soy una persona optimista y he aprendido una dura pero grata lección», indica el aragonés.
Por eso no se pone objetivos en su primera carrera que no sean disfrutar. «Tengo que ser consciente de donde vengo, Pepe (Mareca, su entrenador) es el primero que me lo ha dicho y no querría ganarme una colleja de mi entrenador. El consejo que me ha dado y la condición que me ha puesto para dejarme correr ha sido Toni, no te presiones, nadie quiere ver otra cosa que no sea un Toni feliz y para eso no hay que mirar el gps ni el puesto en carrera sino la sensación de calzarte unas zapatillas y correr rápido, que para mí será estar lejos de mi marca personal, pero es que hace tres meses me hubiera reído a carcajada limpia».
Ahora Toni Abadía entrena bien, aumentando las cargas progresivamente, duerme y descansa correctamente. «La autoexigencia y la presión han sido unas malas compañeras de viaje y plantarles cara ha sido el gran hándicap. Siempre intentas justificarte, no me encontraba bien porque tenía catarro, el covid… Pero cuando te das cuenta de que no dejas de darle vueltas a las cosas, que estás en modo psicótico, necesitas que alguien te dé un impulso y yo lo encontré. Mucha gente puede tener miedo a dar ese paso y yo les animaría». Toda esa gente que ha inundado de mensajes de apoyo y alegría sus redes sociales cuando ha anunciado su regreso. «Me considero una persona sobrevalorada en ese sentido, mucha gente me recibe con los brazos abiertos, me da mucho cariño y yo a veces pienso que no soy merecedor. Para mí esto es lo más valioso que tengo por encima de cualquier medalla», concluye.
Fuente: elperiodicodearagon.com