El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha ofrecido hoy al Ejecutivo central la alianza y colaboración de la Comunidad Autónoma en el desarrollo de la Estrategia Nación Emprendedora para cambiar las bases productivas del país y resolver, en paralelo, las brechas de género, territorial, socioeconómica y generacional para no dejar a nadie atrás.
“Cantabria estará trabajando, codo con codo, para avanzar juntos en el proceso de modernización de nuestro sistema productivo, para lograr la tan ansiada transición ecológica, transformación digital y cohesión social y territorial, sin perder de vista ni un segundo el objetivo fundamental de trabajar por la recuperación económica fomentando el empleo de calidad”, ha afirmado el vicepresidente, durante la presentación de esta Estrategia, a cargo del Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, Francisco Polo.
Zuloaga ha asegurado que Cantabria es una tierra con gran potencial para el emprendimiento científico y ha considerado clave la Universidad de Cantabria y, en concreto, el CISE, y los nuevos marcos normativos, especialmente la Ley de Ciencia, Investigación y Transferencia, “que pongan a la Comunidad Autónoma en la línea de la transformación del sistema productivo regional”.
Francisco Polo también ha destacado “el ecosistema de emprendimiento innovador” de la Comunidad Autónoma, potenciado por la influencia de la UC, que está dando respuesta a los retos de la sociedad en cuestiones como el cambio climático, las enfermedades actuales y del futuro, y la digitalización. Además, ha valorado el alto porcentaje de estudiantes universitarios cántabros que aspiran a ser emprendedores en su desarrollo profesional.
Para el Alto Comisionado, el Estado y los gobiernos tienen un “papel decisivo” en el desarrollo de esta Estrategia “catalizando la innovación y en particular en áreas estratégicas a largo plazo”, con el fin de “fijar las bases para una economía más innovadora, más resiliente y más cohesionada”.
Sobre la unión de fuerzas y la formación de redes también han hablado Ana Fernández Laviada, presidenta del Observatorio de Emprendimiento de España, que ha considerado fundamental sumar capacidades para ese cambio de modelo; Lucía Zamora, fundadora del Grupo Deluz, y Andrés Bueno, director general del Grupo GOF, para quien es “necesaria y oportuna una visión de país tan ambiciosa como la de esta Estrategia”.
La delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, por su parte, ha lanzado un mensaje de apoyo, compromiso y estímulo para los emprendedores, y ha considerado “un objetivo alcanzable” el reto de la Estrategia de que en 2030 el emprendimiento sea palanca tractora del desarrollo del país.
El emprendimiento, rompehielos de un modelo que no deje a nadie atrás
El Alto Comisionado ha asegurado que el emprendimiento debe ser el rompehielos de un nuevo modelo de crecimiento que no deje a nadie atrás y, así, ha abogado por cambiar las bases productivas y a la vez romper las brechas de género, territorial, socioeconómica y generacional que existe y que pudieran intensificarse con esa transición de patrón.
Para ello, la Estrategia plantea 50 medidas “fruto del diálogo durante los últimos cuatro años” y que son orientaciones para los diferentes ministerios.
Además, ha destacado la inversión pública destinada a Nación Emprendedora, con 1.560 millones de euros para 2021, y 4.200 para la suma de 2022 y 2023. “Jamás habíamos tenido a nuestra disposición un presupuesto de tal magnitud para sentar las bases de la Nación Emprendedora”, ha asegurado.
Polo planteado alcanzar con esta Estrategia cuatro grandes metas: acelerar la inversión en emprendimiento innovador y reducir el diferencial con países como Francia y Alemania; atraer y retener talento “porque en el siglo XXI el talento es la auténtica batalla”; avanzar en la escalabilidad para que “en España, haya un número cada vez mayor de empresas que, en lugar de vender, piensen en escalar, en hacerse grandes”, y conformar un sector público emprendedor, “una administración ágil, que genere marcos regulatorios favorables y que impulse los proyectos que ni el más arriesgado de los fondos de capital riesgo sería capaz de impulsar”.
La Estrategia además recoge como sectores prioritarios 10 áreas de producción que suman el 60% del PIB en España, y en los que hay que concentrar esfuerzos “para que aprovechen esa innovación para incrementar su productividad”. Se trata de la industria, el turismo y cultura, la movilidad, la salud, la construcción y materiales, la energía y transición ecológica, banca y finanzas, digital y telecomunicaciones, agroalimentación y biotecnología.