La Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC) ha aprobado por unanimidad este fin de semana un informe sobre sistemas electrónicos de administración de nicotina, en el que instan a que se les aplique la misma normativa nacional e internacional del tabaco.
El presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, ha sido el encargado de presentar el informe, en una exposición en la que ha incidido en el «peligro» que representa la nicotina para la salud humana por su adicción y toxicidad. Así, ha advertido de que estos sistemas electrónicos de administración de nicotina, tanto cigarrillos electrónicos como vaporizadores, «no pueden ser empleados como tratamiento para la deshabituación tabáquica, sino que lo que puede ocasionar es un incremento de consumidores sobre todo entre los jóvenes y los exfumadores».
En el informe de la OMC, se constata que «no hay pruebas» que descarten en los cigarrillos electrónicos y otros dispositivos de administración de nicotina como vaporizadores, las «mismas cualidades tóxicas de fumar tabaco quemado en cigarrillo convencional o las adictivas de la nicotina». Además, recoge que «el uso de nicotina expone a los no fumadores a los efectos negativos para la salud, que de otra manera no estarían expuestos, y puede aumentar la exposición total a la nicotina entre los fumadores».
Según este documento, se ha comprobado que la concentración de nicotina en plasma del usuario está relacionada con la concentración de nicotina líquida del cigarillo electrónico. «Los fumadores de cigarrillos sin experiencia en estos nuevos dispositivos pueden, desde su primer uso, obtener perfiles de administración de nicotina similares a los cigarrillos convencionales», concluyen.
De hecho, apuntan que, en base a las tendencias actuales, es «probable» que a partir de 2030 el tabaco sea el causante de más de ocho millones de muertes anuales, de las cuales más de las tres cuartas partes se producirán en países de bajos y medianos ingresos.
De ahí la advertencia que se recoge en el citado documento. «Mientras no se demuestre lo contrario, los cigarrillos electrónicos pueden incitar al consumo de nicotina en adultos y jóvenes no fumadores, así como a la recaída en la dependencia de la nicotina en las personas que consumen a la vez tabaco tradicional y vapeadores», sintetizan.
Bajo este escenario, y partiendo de la consideración de que el tabaco «es una de las mayores amenazas para la salud pública de las personas al ser factor de riesgo de seis de las ocho principales causas de mortalidad en el mundo», el informe de la OMC contiene otras recomendaciones, como la necesidad de advertir a la juventud del «alto riesgo» de drogadicción a la nicotina, «independientemente del dispositivo utilizado para su inhalación».
En la misma línea, exigen a los fabricantes que el etiquetado incluya una lista detallada de componentes, productos liberados al medioambiente y advertencias sobre la toxicidad del producto. A los médicos, por su parte, les reclaman que «se informen por fuentes independientes y exhaustivas y que no acepten colaborar con la industria tabaquera».